opinión

Parque Jurásico

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pues es una pena que no estén dos grandes como Rafael Azcona y Luis Berlanga porque con la cantidad de corruptos caídos en los últimos meses podrían hacer un peliculón. En ausencia de tan ilustres cineastas, y para potenciar el mercado del ladrillo que tan de capa caída anda, se me ocurre que podríamos acotar un terreno en España para recibir a estos satrapillas que se acaban de quedar sin palacio. Desde Ben Alí a Mubarack pasando por Gadafi.

La idea es reservar una gran parcela al estilo de los parques nacionales de Estados Unidos, pongamos por caso Yellowstone que la gente situará por la figura mítica del oso Yogui. Aquello se rodea de vallas altas como en la película de Spielberg con las criaturas monstruosas (a fin de cuentas no deja de ser un ‘Parque Jurásico IV’). A continuación se construyen unas viviendas que los líderes en el exilio podrán comprar con IVA reducido gracias a la rebaja del Gobierno y, finalmente, se organizan excursiones en autobús para que los turistas puedan ver a estos delincuentes en su salsa. Sería curioso ver cómo juegan al parchís en el jardín: Gadafi y Ben Alí, o cómo un banquero de estos que nos ha arruinado con notable éxito, pasa la cortacésped mientras desde el autobús un grupo hace fotos. Por inquilinos no será, tenemos desde el golfo de Madoff a los directivos de las agencias de calificación que hacen negocio con nuestra ruina pasando por algunos ministros de finanzas de la zona del mediterráneo.

En cuánto a la integridad de los turistas pueden estar tranquilos porque queda completamente asegurada. Estos tipejos una vez apartados del poder son molestos pero no peligrosos. Se les tiene ahí a la espera de que una corte internacional los juzgue (es decir, que pueden esperar unos cuantos años porque la velocidad de la justicia universal es similar a la un juzgado de lo civil en cualquier punto de España).

A nadie se le escapa que a medida que vayan cayendo sátrapas y banqueros nuestro ‘Parque Jurásico IV’ se puede convertir en una ciudad que elija a su propio alcalde, en la que se celebren conciertos de música y se creen puestos de trabajo en el sector servicios. Esta gente son corruptos hasta la última muela, pero por sí mismos sostienen el PIB de Suiza y de algunos paraísos fiscales situados en islas remotas. Se trataría de hacer un Disney, una «ciudad de vacaciones», pero de mequetrefes y de tiranos internacionales en su calidad de «tiranosaurios», seres poco evolucionados en la creación, pero muy listos para sus negocios.

Berlanga y Azcona le habrían sacado mucho partido. Estos golfos tienen suficientes recursos como para pagar su estancia. La única precaución es elevar la valla y no dejarles salir bajo ningún concepto.