Leo Margets, durante su encuentro digital con los usuarios de este medio. / Redacción
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«Me detuvieron una vez por jugar al póker»

Leo Margets, a sus 26 años, se ha convertido por derecho propio en la cara más reconocida de este nuevo fenómeno social, no sólo a nivel nacional sino mundial

MADRID Actualizado: Guardar
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Existen personas que cuando entran en tu vida se convierten en una parte muy importante de ella y que, en ocasiones, te la pueden cambiar por completo. Leo Margets (Barcelona, 1983) comenzó a jugar a póker después de que el chico con el que había quedado le diera plantón para irse a disputar una partida. Ella le acompañó y parece que no le fue nada mal la experiencia. "Nunca antes había jugado a las cartas. Él me transmitió de qué iba esto y me enseñó a aprender, que es lo más importante".

Cuatro años después, esta licenciada en Económicas y experta en Inteligencia Emocional, está considerada la mejor jugadora del planeta tras lograr el pasado verano ser la mujer en llegar más lejos en el campeonato del mundo celebrado en Las Vegas. Terminó en el puesto veintisiete de entre más de seis mil quinientas personas y se llevó para casa un premio de más de trescientos cincuenta mil dólares.

Al hablar de póker se refiere a la importancia de la inteligencia, los cálculos y la estrategia. "Está considerado un juego de azar y no es del todo correcto. Su base está en las matemáticas, es decir, en las probabilidades. Además también existe un factor psicológico importante. Como en la vida, el destino mezcla las cartas, y nosotros las jugamos. Al final el mejor jugador es quien termina ganando". Margets relaciona el póker, al que no considera al 100% un deporte, con el ajedrez más que con el black jack o la ruleta. "La suerte sólo influye bastante a corto plazo, pero a la larga no es suficiente y la habilidad tiene recompensa, siempre recomiendo entender ésto como una carrera q dura toda la vida" afirma.

Factores como el auge del juego on-line y el hecho de ser un producto televisivo de éxito convierten este deporte en un fenómeno social no sólo a nivel nacional sino mundial. "La clave es jugar dentro de banca. Si eres ganador y juegas dentro de bankroll podrás soportar malas rachas", recomienda Marget quien, asegura que el jugador total reúne una serie de características que a veces resultan contradictorias. "Debe tener paciencia y agresividad, frialdad y capacidad de cálculo matemático, a la vez que una gran capacidad de lectura de los rivales. La característica fundamental es ser imprevisible". Además aconseja intentar superarse día a día para llegar lo más lejos posible. "Cuando empecé era mala como todos, creo que lo más positivo son las ganas de aprender, evolucionar y progresar. Si crees que ya no necesitas aprender más, estás muerto...".

"No tiene sentido que me juzguen diferente"

Dentro de los casinos se mueve como pez en el agua. Pese a su juventud es toda una veterana. Fuera de ellos ha tenido algún percance que otro. "Una vez me detuvieron por jugar en Cataluña. Estábamos cerca de 15 amigos en un club de ajedrez y entraron 27 mossos d'esquadra armados y encapuchados. "Los primeros diez minutos creíamos q era una cámara oculta, hasta q vimos q de broma tenía poco". En dicha comunidad es ilegal jugar fuera de estos recintos pese a que en otras no conlleva sanción alguna.

Margets deja para las películas de Hollywood la típica imagen turbia del jugador de póker, hombres recios fumando puros enormes mientras se juegan su dinero. "Las cosas han cambiado mucho, ahora cualquier casino parece más un aula universitaria que otra cosa". Reconoce no haber tenido experiencias machistas en las mesas de juego ya que parte de la base de que los "jugadores de póker son gente lista e inteligente" por lo que "no tiene mucho sentido que me juzguen de forma diferente.

No obstante, se sincera a la hora de hablar del papel de la mujer en este nuevo fenómeno social: "Mentiría si dijera que no es cosa de hombres ya que las mujeres no llegamos ni a un 10% aunque cada día somos más". Esta joven catalana, que habla cinco idiomas y es capaz de aguantar la presión durante doce horas de partida al día durante una semana de torneo no se conforma con lo logrado hasta ahora y se ve capaz de superarse en el próximo campeonato del mundo. "Nos vemos en las mesas", se despide.