Los higos son ricos en vitaminas C y A entre otras cualidades. / LA VOZ
Jerez

De la chumbera al plato

Cuando el calor aprieta, llegan los higos chumbos al Mercado Central como una de las frutas más demandadas por los jerezanos

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Los higos chumbos llegan al mercado con el calor. Provienen de las chumberas, salvajes plantas cargadas de púas. Las puso de moda don Álvaro Domecq, que decía que eran las mejores alambradas que se podían poner en los campos. En su finca de Los Alburejos se pueden ver, frondosas y cargadas de amenazantes espinas.

Desde el mes de junio y hasta septiembre, los frutos de las chumberas están listos para llevarlos al plato. Son un postre muy solicitado por los jerezanos. Soledad Notario Barea sabe de higos chumbos un rato. No en vano se ha pasado toda la vida vendiéndolos. «Al comienzo con mi madre que se llevó toda la vida vendiendo aquí en la calle Doña Blanca. Pero yo llevo por lo menos veinte años en este mismo lugar», comenta.

Los higos están perfectamente alineados, formando una montaña. Preparados para ser despachados. «Cada día se venden tres o cuatro cajas de higos. Aquí en Jerez siempre han gustado mucho y se comen en casi todas las casas», explica Soledad.

Acaba de llegar una clienta e inmediatamente interviene en la conversación. «Es una vendedora muy buena. Yo le compro desde hace muchos años. Y tiene mucho arte», sentencia. Soledad sonríe y echa uno higo de más. Se lo ha ganado.

Sus frutos son ricos en vitaminas C y A. También tienen minerales y se le atribuyen cualidades astringentes. Las hojas, en algunos lugares, también se comen crudas. Dicen que tienen el sabor del espárrago. Y además tiene cualidades descongestionantes y las infusiones de las flores de las chumberas son diuréticas y espasmódicas.

Como podrán observar, el chumbo también tiene sus propiedades. En la calle Doña Blanca, a la altura del Mercado Central de Abastos, es todo un clásico.