PAN Y CIRCO

Envejecemos con el fútbol

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El tiempo vuela por culpa del fútbol. En apenas 20 ó 30 Ligas se nos ha ido media vida. Mientras esperamos a que nuestro equipo favorito gane una nueva edición de la Champions comienzan a aflorar las primeras canas en nuestro cuero cabelludo. La competición no se detiene ni falta que le hace. Se publican los nuevos calendarios ligueros, en pleno mes de julio, y ya estamos haciendo cálculos sobre lo que sucederá en mayo del próximo ejercicio. Futbolistas que vimos debutar con los colores de nuestro club llegan a la temprana edad de su jubilación mientras a nosotros se nos hace interminable el periodo que transcurre entre unas vacaciones y otras. Para remediarlo está el fútbol, sustancia que hace que el tiempo pase a velocidad de hiperespacio. Se nos van los seres queridos, pero Florentino vuelve y con él esa facilidad para sacarse miles de millones de euros de la chistera y fabricar semejantes milagros que hasta nos olvidamos de la crisis mientras calculamos cuánto gana al día uno de los componentes de su nueva hornada de galácticos. El fútbol pasa y nos vamos haciendo viejos.

Hace poco éramos más jóvenes que las figuras que veíamos en la televisión y ahora admiramos a los que podrían ser nuestros hijos, aunque tener la mentalidad de un chaval ayude a llevar con dignidad eso de tener que ponerte gafas a escondidas en el cine o ver como la madurez llama a las puertas de tu cuerpo con una inesperada hernia. Lo peor llega cuando te da por jugar una pachanga en la playa y estás a punto de echar por la boca hasta una colilla de 1982. Maldito fútbol.

Por su culpa la vida se nos va en un abrir y cerrar de ojos. Ayer, fue Cruyff; no hace tanto, Butragueño y cuando Forlán cuelgue las botas ya sobrepasaremos los 50, pues no existe nadie capaz de ponerle freno a este frenesí. Y por cierto, no se les ocurra cambiar de aires porque Fernando Alonso acaba de cumplir 28.