Cádiz C.F.

Un futuro incierto

Incertidumbre. Es la principal sensación con la que se han quedado muchos cadistas después de lo acontecido este fin de semana.

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La destitución de Antonio Calderón era algo previsible por aquello de que en el fútbol siempre se cumplen los tópicos y se rompe la cuerda por el más débil. En este caso, como en otros, la cuerda se rompió por el entrenador. El técnico había tomado las riendas del equipo allá por octubre después de que asistiéramos como espectadores de lujo al esperpento protagonizado desde los meses de verano por el señor Baldasano.

Lo que mal empieza mal acaba. Y lo que pasó con la venta del club fue una señal inequívoca de que esta temporada no iba a ser precisamente una balsa de aceite. Así que tras cierto tiempo de más bien poco juego y sin buenos resultados, las miradas se centraron en el técnico que se convirtió en la apuesta de Antonio Muñoz cuando éste le aseguró tres años de contrato. Y la derrota en Chapín ha hecho el resto.

¿Y ahora qué? ¿Cuál es el futuro de este Cádiz? A veces pienso que ni los mismos implicados en el asunto, ni aquellos que toman las decisiones, quieren pensar en qué es lo que pasará. Está claro que el equipo no atraviesa una buena racha, que las cosas no están saliendo bien y que más de uno teme porque no se ponga freno a la desidia y se pierda la categoría. No sería algo imposible ya que ningún técnico tiene en su mano la solución. Puede llegar cualquiera de los que han salido a la palestra como revulsivo, pero para que funcione su trabajo debe contar con unos agentes externos que no se lo van a poner fácil. Los jugadores son los que tienen que asumir aquí las responsabilidades y tirar del equipo y volver a levantar a una afición que últimamente se lo piensa demasiado antes de ir a Carranza para ver domingo tras domingo un partido soporífero. A los futbolistas también hay que exigirles que sepan responder a lo que demandan los espectadores, los abonados y los que están más cerca de ellos, los accionistas y consejeros del club. Porque para enemigos ya tiene el Cádiz los equipos rivales y no necesita ni falta de compromiso ni desmotivación ni dejadez.

Me gustaría pensar que ese futuro que está tan en el aire comienza a fraguarse en los próximos días, que alguien tiene claro qué es lo que va a pasar en el club o por lo menos, que no dé la sensación de que todo da igual y no se cree en el proyecto. ¿Proyecto?