Los albergues y comedores públicos están desbordados por la fuerte demanda

La Navidad es una fecha que invita a las reuniones familiares donde se sirven copiosos almuerzos y cenas. Sin embargo, no todos pueden disfrutar de estas comidas. Su situación social los ha convertido en mendigos o en familias sin recursos suficientes que deben recurrir a la beneficencia para poder sobrellevar estas fiestas. La Delegación municipal de Asuntos Sociales distribuye los recursos en función de las necesidades de los solicitantes. La mayoría, familias donde el desempleo ha provocado la merma de ingresos. Sin embargo, también hay voluntarios que atienden a quien más lo necesita.

Cáritas en Cádiz distribuye, habitualmente, dinero entre los solicitantes. Sin embargo, por Navidad facilitan bolsas de alimentos. La portavoz de Cáritas, María del Carmen Gámez, explicó que, «por ejemplo, en el barrio de La Viña, se han atendido en estas fechas a 41 familias. Además se han repartido 83 bolsas con alimentos y 1.000 euros a cada una de ellas».

Gámez aseguró: «Durante la Navidad nos entregan más donaciones, pero también tenemos más peticiones. Ahora, el número de solicitantes se ha incrementado en un 20%». Todas las parroquias de Cádiz, no sólo la de La Palma, realizan el mismo trabajo. «Todas entregamos donativos, pero las parroquias del centro entregan más dinero y nosotros prestamos más ayuda con alimentos».

Cuando se les entrega dinero, Cáritas se asegura que es «para comprar artículos de primera necesidad. Los donativos no son ni para tabaco, ni para cerveza o refrescos. A los que llevan más años con nosotros se les entrega dinero en efectivo. Al resto, cheques que tienen validez en determinados supermercados de la zona».

Sin embargo desde Cáritas creen que la solución «no es dar la bolsa de comida, sino entregar la caña para que ellos aprendan a pescar. Apostamos por la promoción de la personas porque, en Cádiz, nadie pasa hambre física, al menos que lo desee, porque el trabajo que realizan desde los comedores es primordial», comenta María del Carmen Gámez.

Colaboración

Ella misma agradeció la colaboración que en Navidad realiza El Faro. «Nos proporciona comida. También el colegio La Salle y María Milagrosa nos entregan muchos alimentos recogidos de la campaña de Navidad que realizan entre los alumnos». El restaurante El Balandro igualmente colabora con la Fundación Virgen de Valvanuz preparando la cena de Fin de Año. Los alumnos y alumnas del colegio Las Esclavas y de San Felipe Neri son los encargados de servir la mesa durante los días principales de Navidad.

El menú, como es tradicional, incluía sopa de picadillo, cóctel de marisco, paté de cabracho y pavo, acompañado de dulces navideños. El Fin de Año, la fundación también prepara a los transeúntes que acuden a cenar, una bolsa con las doce uvas de la suerte y el champán para brindar por el nuevo año.

Desde la Fundación Virgen de Valvanuz aseguran que «en estos días aumenta el número de personas que se acercan hasta el comedor para poder cenar. Muchos pasan a diario por la fundación pero no entran. Sin embargo en Navidad deciden dar el paso y compartir la mesa con los que, como ellos, menos tienen».

En el comedor de la Fundación Virgen Ponderosa, gestionado por las Hermanas de la Caridad, han observado cómo ha aumentado el número de personas que llegan a esas instalaciones. «Han venido, incluso, dos personas de la República Checa. Un padre y un hijo. No sabemos cómo han llegado hasta aquí. Sólo sabemos que no tienen dónde poder vivir».

Las hermanas también preparan durante estos días comidas especiales. Sopa de picadillo o el pavo igualmente se incluye en el menú de estas religiosas que hacen comida, a diario, para más de cien personas.

«El día de Navidad entregamos bocadillos de jamón. En Año Nuevo también lo entregaremos. Son días especiales para todos, hasta para el que menos tiene», comentó una de las hermanas de la Caridad que apostilló: «Nosotros siempre comemos lo mismo que ellos, excepto cuando se les sirve una comida rebozada. Nosotras lo tomamos a la plancha. Algunas hermanas son ya mayores y no aceptan este tipo de comidas».

Ellas, además, entregan ropa a los que lo solicitan. «Un transeúnte que habitualmente viene por aquí, mellizo de otro que también acude a diario, nos ha pedido un pantalón más elegante, porque ha decidido ir a visitar a su familia a Sevilla y no desea que conozcan cuál es su situación real».

Pernoctaciones

Ni Cáritas, ni la Fundación Virgen de Valvanuz ni el comedor de María Arteaga cuentan con las instalaciones necesarias para ofrecer un techo a quien lo solicite para pasar la noche. Sí se puede encontrar en el albergue municipal, que también se encuentra a pleno rendimiento.

Allí han observado que en los últimos días han aumentado las pernoctaciones. «Aunque no sabemos si es debido a la Navidad o por el frío, que obliga a buscar refugio en el albergue». También sirve desayunos y cenas especiales con motivo de las fiestas, «porque todos lo merecen y su situación es demasiado complicada como para poder volver a casa; en el caso de que la tengan».

En el hogar con el que cuentan los Caballeros Hospitalarios en la calle Benjumeda también ha incrementado el número de entradas. «Nadie quiere pasar la noche de Nochebuena o de Fin de Año sólo en la calle. A pesar de las situaciones personales que vive cada uno y de las penurias, siempre la fecha les obliga a sentirse acompañados», comenta uno de los voluntarios de esta orden. Ellos también ofrecen una cena especial, «tampoco sin grandes lujos, pero más copiosa que otros días».

Uno de los días más críticos es la mañana de Reyes. Familias sin recursos solicitan regalos a la Delegación municipal de Asuntos Sociales. Una vez observadas las necesidades y edades de los niños, se solicita a la Asociación de Reyes Magos de Cádiz juguetes para los pequeños. Esta entidad también entrega regalos en el comedor de María Arteaga. En la Fundación Virgen de Valvanuz se entregan presentes la mañana de Reyes a los padres con niños pequeños.

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