el apunte

La segunda gran excusa de Podemos

Tras agotar el falso argumento de la emergencia social entre los niños gaditanos, ahora toca parapetarse en una deuda que todos conocían

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Primero fue la emergencia social. Con ese argumento, legítimo y prioritario por más que utilizado, el Gobierno municipal dejó pasar al menos la mitad de sus esperados cien primeros días de ejercicio. Las familias, los niños, con graves problemas de alimentación y suministros básicos eran la prioridad. Efectivamente. Lo son y lo eran. Nadie en su sano juicio lo negaría. Nadie con un mínimo de humanidad en la sangre propondría cualquier otra cosa. Esas familias, esos niños sobre todo, fueron atendidos como ya lo fueron en veranos anteriores. Resultaron ser unos 170. Demasiados para desatenderlos (como si fuera uno) pero muy pocos para convertirlo en objetivo político único. Entre otras cosas porque los mismos que denuncian su existencia dan por resuelta su atención primordial.

Da la sensación de que esa urgencia, que existe hace mucho y siempre fue asistida, se utilizó como parapeto político. Ahora que se ha agotado, aparece otra. Se trata de la deuda. El alcalde y su equipo repiten cada día que el Ayuntamiento está en quiebra, en bancarrota, que tiene una deuda muy alta, que necesitan una auditoría. Más allá de lo conveniente de conocer la realidad económica de cada institución en cada momento, resulta innegable que todos los concejales que llegaron a todos los ayuntamientos de España en todos los momentos de los últimos años encontraron telarañas en las arcas, pagos pendientes y créditos voluminosos por pagar. Eso no impidió nunca que empezaran a trabajar. Los concejales del PP resaltaron ayer esta evidencia. Ni existe quiebra ni es nueva la deuda. No vale escudarse en ella para no hacer nada. De hecho, existe un documento de octubre de 2014 en el que el Ayuntamiento de Cádiz admitía que tenía una deuda de 217 millones y 65 millones de euros pendientes en pagos a proveedores ¿A qué viene declararse sorprendido por cifra alguna? Resulta evidente que es la segunda excusa de Kichi.

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