Abren al tráfico las glorietas aledañas al nuevo puente en Río San Pedro y La Cabezuela

El tramo central del nuevo puente de Cádiz ya está completo tras ser elevada el pasado domingo por la tarde la última pieza del tablero que discurre entre las pilas 12 y 13. En total, 540 metros de separación de una a otra sin ningún tipo de apoyo en el medio. Se trata de un auténtico reto de diseño y todo un desafío para las leyes de la física. Precisamente, este vano o hueco de luz, de algo más de medio kilómetro de longitud, es lo que diferencia al puente gaditano de otras construcciones y lo convierten así en uno de los ejemplos clave de la ingeniería moderna.

El encaje de esta última dovela ha sido un trabajo de absoluta precisión, ya que se ha tenido que fabricar con unas medidas muy concretas para poder rematar el puzzle sin sorpresas.

Varias brigadas de operarios se afanaban este lunes en su ajuste y equilibrado.

En estos momentos solo restan por colocar 70 metros de tablero de los casi cinco kilómetros que tiene de longitud el proyecto del segundo puente de Cádiz si contamos desde el entronque del Río San Pedro (PuertoReal) hasta la orilla de Cádiz en la plaza de El Corte Inglés. Estos 70 metros se localizan entre las pilas 10 y 11, en mitad del agua y junto al tramo desmontable, y entre las pilas 13 y 14, el tramo que discurre en La Cabezuela. Todo apunta a que el tablero quedará completado antes de mediados de mayo, con el fin de iniciar las pruebas de carga y resistencia en junio, que se prolongarán a lo largo del verano.

Al mismo tiempo se desarrollará la colocación de los paneles informativos para el tráfico, así como la señalización viaria. A finales de abril se abrirá al tráfico la glorieta de El Corte Inglés, uno de los puntos más sensibles del proyecto, debido al tráfico que absorberá. Este medio ha podido saber que los ingenieros de Dragados ya preparan la iluminación del puente. Se colocarán proyectores de luz blanca para realzar el atirantado, farolas a lo largo del trazado y un entramado de luces led, que permitirán un juego cromático de efectos especiales.

La alcaldesa de PuertoReal, Maribel Peinado, ha comprobado el lunes el desarrollo de los trabajos que se llevan a cabo en la barriada del Río San Pedro y que son complementarios a la obra del nuevo acceso de Cádiz. De hecho, este martes se pondrá en servicio de forma provisional la nueva rotonda que distribuirá el tráfico interior en el Río San Pedro y conectará al mismo tiempo los polígonos del Trocadero y La Cabezuela. La construcción del viaducto ha obligado a reordenar totalmente el mapa viario en esta zona hasta formar parte del nudo de comunicaciones que lleva hasta el puente.

Peinado ha visitado las obras de las dos rotondas que conducen hasta el astillero de Puerto Real y a la factoría de Dragados Offshore que, a su vez, permiten el acceso rodado al puente. Durante el recorrido pudo comprobar ‘in situ’ como la fisonomía del mapa circulatorio en el entorno del Río San Pedro había cambiado por completo. El nuevo trazado ha dispuesto cuatro carriles, dos en cada sentido, para entrar y salir a La Cabezuela, lo que facilita la accesibilidad tanto a los trabajadores como la salida de mercancías.

Peinado realizó la visita, acompañada de un equipo técnico y del director de la obra del puente, Fernando Pedrazo. Durante, el recorrido, la regidora de PuertoReal adelantó que el Ayuntamiento ha solicitado al Ministerio de Fomento la cesión de unos 30.000 metros cuadrados que han quedado libres tras la construcción del nudo del Río San Pedro y la conexión de la N-443 con el viaducto que lleva hasta el segundo puente.

Se trata de un espacio abierto junto a la calle Proa, que no quedará en el olvido ni tampoco en el abandono, ya que la Concejalía de Obras y Servicios del consistorio ha redactado un proyecto de urbanización mediante el cual la zona se transforma en un parque público con carril bici, así como con pista para patinaje, senderos y un equipamiento espacial para hacer gimnasia. Peinado reconoció que la barriada del Río San Pedro había tenido mucho desgaste después de siete años de obra con el puente y el paso de maquinaria pesada por todo su entorno.