El guión

Dudo que Churchill, Adenauer o De Gaulle, por poner tres ejemplos, estuviesen dispuestos a pronunciar un monólogo en el «Club de la Comedia». O a bailar en «El Hormiguero». O a comentar un partido de fútbol en la radio. Es cierto que son otros tiempos, que entonces el peso de lo mediático era insignificante y que, ahora, ni Rivera es Adenauer ni Rajoy es Churchill. Aun así, me parece que los políticos contendientes en el escenario actual caen en exceso en esa tentación facilona de hablar de todo, menos de aquello sobre lo que de verdad debe opinar un político, que es explicar a los ciudadanos cómo va a arreglar los problemas que nos acechan y cómo nos ayudará a progresar.

No seré yo quien censure la proliferación de candidatos en los platós. Allá ellos. En todo caso, son reflejo de la España que vivimos y construimos. Me gustaría, de todos modos, que aprendiesen del compromiso de Churchill, de la ponderación de Adenauer y del patriotismo de De Gaulle. Ellos contribuyeron a hacer grandes a sus respectivos países. Ya dijo Coppola que en la política, como en el cine, lo importante no son los efectos especiales, sino tener un buen guión.