Las pateras y el ocio nocturno turístico colapsan los juzgados de la costa de Andalucía

Nuevo verano, nuevo colapso judicial a lo largo de toda la costa andaluza. Desde Ayamonte hasta Almería prácticamente no hay un solo partido judicial de los bañados por aguas atlánticas y/o mediterráneas cuyos funcionarios se libren durante estas semanas de jornadas maratonianas de trabajo por falta de los refuerzos en las guardias que racanea la Consejería de Justicia e Interior de la Junta que dirige el socialista Emilio de Llera.

Dos son los factores que convierten en desbordante el trabajo de los tribunales costeros en periodo estival, como denuncia el sindicato CSIF: por un lado, el incremento de población provocado por el desembarco masivo de turistas españoles y extranjeros, atraídos tanto por la oferta de sol y playa como por los precios hosteleros; y, por otro lado, la multiplicación de pateras en busca del puerto europeo más cercano aprovechando las aguas en calma por la escasez de temporales.

En las ciudades más turísticas, que llegan a triplicar su población estática entre los meses de julio y agosto, se ve también cómo se disparan en paralelo principalmente los delitos de alcoholemia cometidos al volante (a menudo acaban en accidentes, que a veces tienen alcance mortal y derivadas penales graves) y los que tristemente suelen acontecer en las zonas más concurridas del ocio nocturno: peleas, robos, agresiones sexuales…

A modo de ejemplo, se pueden citar municipios que son cabeza de partido judicial como Ayamonte, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Barbate, Estepona, Marbella, Fuengirola, Torremolinos, Almuñécar o Motril: todos ven multiplicado exponencialmente su trabajo en verano sin que se refuercen sus plantillas de guardia. A sabiendas de que se trata de puntos calientes, la Junta se limita a establecer unos ratios diferenciados para garantizar la permanencia de personal funcionario en los juzgados, pero evita cualquier medida que suponga incrementar los gastos de personal.

Entre las localidades citadas, las hay (Barbate, Almuñécar o Motril) que también reciben en sus juzgados a supervivientes de la travesía del estrecho en patera, menos riesgosa ahora por el clima. En Algeciras, La Línea de la Concepción y, sobre todo, en Almería capital se tienen igualmente que incoar durante estos meses muchas diligencias previas por cada tripulante de la embarcación ilegal rescatada. Y dar traslado a la Fiscalía de sus declaraciones. Y notificar al interesado su auto de internamiento. Y mantener el expediente abierto durante 60 días hasta que se autorice la salida del centro de extranjeros al que haya sido derivado o se decrete el archivo del procedimiento.

De esa labor y de la derivada de la delincuencia turística se encargan los funcionarios del cuerpo de guardia, integrados por tres o cuatro funcionarios como máximo dependiendo de si al gestor y al auxilio judicial (antes conocido como agente judicial) lo acompañan uno o dos tramitadores. A menudo se ven con los pasillos colapsados de subsaharianos, con lo que los usuarios habituales del juzgado o cualquier vecino que tenga que acudir a realizar cualquier denuncia o gestión se puede llevar horas esperando para poder ser atendido.

Hay que tener en cuenta que algunos de estos juzgados también asumen ya no sólo en verano, sino a lo largo de todo el año, a los detenidos en las operaciones policiales contra el tráfico de hachís procedente del Norte de África. Algeciras, La Línea, Sanlúcar, Ayamonte… entran en el radio de acción de los narcotraficantes que acaban procesados en unos juzgados que ahora mismo no dan abasto para asumir los rigores del verano.

Bajando a casos concretos: en el partido judicial de Algeciras, si las guardias en primavera, otoño o invierno pueden saldarse con en torno a una treintena de detenidos puestos a disposición judicial, en los meses de verano la media se dispara a entre los 110 y los 140 detenidos por la llegada de sin papeles y el turismo masivo. Asimismo, en los juzgados de la Costa del Sol los funcionarios confirman que los asuntos que suelen entrar entre julio y septiembre prácticamente equivalen a todas las causas asumidas en el primer semestre del año.

Y otro verano parece que ocurrirá lo mismo. La única esperanza de los funcionarios es que los malos días no se encadenen, contar con jornadas «normales» de tregua. Porque las condiciones en las que desarrollan su labor llegan a ser estresantes al máximo.

Oídos tapados

CSIF, sindicato mayoritario entre los funcionarios de Justicia, ha reclamado insistentemente a la Junta que se haga cargo de la situación de los partidos judiciales costeros, por la sobrecarga de trabajo que padecen los cuerpos de guardia cada vez que llegan los meses estivales.

La última vez fue el pasado día 6 con ocasión de la mesa sectorial celebrada, cuando los representantes de CSIF rogaron que se incluyera en el orden del día un punto para abordar específicamente la necesidad de dotar con una persona de refuerzo cada juzgado de guardia costero.

«La normativa reguladora de las guardias en nuestra Administración faculta a la Consejería, previa negociación con las organizaciones sindicales, a modificar y, por lo tanto, a aumentar la plantilla para este servicio», explicó a ABC Manuel Moreno Gómez, presidente del sector de Justicia de CSIF Andalucía.

Sin embargo, el departamento que dirige Emilio de Llera evitó incluir en el citado orden del día el punto solicitado, con lo que los representantes sindicales tuvieron que esperar al turno de ruegos y preguntas para reprochar a la Junta la sobrecarga que sufre el servicio en los partidos judiciales costeros.

Según Moreno Gómez, «la Junta es plenamente consciente de la situación, como demuestra con las ratios de permanencia que impone en estos juzgados. De hecho, en Almería, como sólo hay tres personas, durante tres años se reforzó el cuerpo de guardia con una más, lo que supone un gasto de apenas mil euros al mes. Pero desde que empezaron los recortes sistemáticos, se tapan los oídos ante las quejas por la sobrecarga de trabajo de nuestros compañeros», lamenta el sindicalista.