Lugar en el que fue encontrado el cadáver de la pequeña Lucía, en el término municipal de Álora
Lugar en el que fue encontrado el cadáver de la pequeña Lucía, en el término municipal de Álora - FRANCIS SILVA
MÁLAGA, CONMOCIONADA

La niña que desapareció y fue hallada muerta en Pizarra (Málaga) será enterrada este viernes

La autopsia confirmó que un severo golpe en el cráneo motivó su muerte después de que se perdiera en Pizarra

MÁLAGA Actualizado: Guardar
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Lucía Vivar, la niña de tres años desaparecida en la noche del miércoles en la localidad malagueña de Pizarra y cuyo cadáver fue encontrado tres kilómetros más al norte, en el término municipal de Álora, recibirá sepultura hoy viernes en Alhaurín el Grande, localidad donde residía junto a sus padres. Un municipio consternado por la fatal noticia, en el que la familia materna de Lucía era muy conocida.

Después de que le fuera practicada la autopsia, el Juzgado número 13 de Málaga, de guardia de incidencias, ordenó ayer la entrega del cuerpo de la menor a la familia, según fuentes judiciales. La misa previa al sepelio de Lucía se oficiará a las 17.00 horas en la capilla situada junto al cementerio de San Gaudencio.

Los peores presagios alrededor de la desaparición de la pequeña Lucía Vivar, de sólo tres años de edad, se cumplieron sobre las siete de la mañana de ayer. El maquinista del tren de Cercanías que cubría la línea Álora-Málaga paró el convoy y bajó de su cabina para cerciorarse de que aquel pequeño bulto que se encontraba entre las vías del tren y la carretera A-7077, en el kilómetro 3, ya en el término municipal de Álora, era el cuerpo de la niña que durante toda la noche había sido buscada hasta por 600 vecinos del municipio limítrofe de Pizarra, tras perderse tres kilómetros más al sur.

Fueron unos segundos fatídicos en torno a las once y media de la noche. Los que hicieron falta para que la niña se extraviase mientras jugaba con sus primos en los alrededores de la estación de tren de Pizarra, donde cenaba la familia en un restaurante aledaño. La autopsia del cadáver de Lucía confirmó que había muerto por un severo golpe en la cabeza. Aunque aún no se descarta ninguna hipótesis, la Guardia Civil maneja como principal línea de investigación que Lucía Vivar se despistara y caminara desorientada por las vías del tren hasta quedarse dormida acurrucada junto a ellas. El golpe podría ser del primer tren que circulaba por la mañana.

La noche fue larguísima y amarga. La foto de la pequeña corría como la pólvora por las redes sociales. El dispositivo ciudadano de búsqueda, junto con familiares, policías, bomberos con perros adiestrados que llegaron desde Ronda y otros miembros de Protección Civil protagonizaron una batida que se formó muy rápido desde la primera alerta.

Aunque sin suerte, actuó de manera exhaustiva, milimétrica, peinando codo con codo, metro a metro todo el perímetro del lugar donde la pequeña se perdió para siempre. Se levantaron arquetas, se miró bajo cualquier arbusto, se llamó a las puertas de cortijadas en mitad de la noche para encontrar una pista, un grito perdido de auxilio. Todo fue infructuoso. El único hallazgo, cerca de la zona de juegos, un solitario chupete boca arriba. «Nunca lo dejaba», cuentan que sollozaba su abuelo.

La desesperación llegó a tal punto que se pidió hasta que los presentes levantaran los capós de los coches a petición del abuelo de la desaparecida, envuelto en la locura de no ver más a su nieta. Mientras, el mejor perro rastreador del dispositivo perdía la pista de la niña sólo a unos metros más lejos de donde se dejó ver por última vez, junto a una carpintería.

Restaurante de Pizarra donde se le perdió la pista a la niña
Restaurante de Pizarra donde se le perdió la pista a la niña - F. SILVA

Siete horas más tarde comenzó la segunda y más cruel parte de una pesadilla que será complicado borrar de la mente de los pizarreños y de las familias Vivar e Hidalgo. Llegó entonces el mazazo en forma de llamada de la policía alertada por el maquinista de que el cuerpo de su hija había sido encontrado exánime a tres kilómetros de donde se perdió.

Se agravó entonces la alarma y se despertaron todas las sospechas, acrecentadas por el conocimiento, muy temprano, de que la niña presentaba un fuerte golpe en el cráneo. ¿Podría haber recorrido una niña de tres años esa distancia sola? Todas las hipótesis quedaban entonces abiertas ante la desesperación de la familia.

Sin embargo, las fuerzas de seguridad insisten en el accidente como la causa más probable de la muerte de Lucía, a falta de que acaben de examinarse las grabaciones de las cámaras de seguridad que existen en diferentes instalaciones cercanas de donde se perdió Lucía. Las tres localidades afectadas, Pizarra —pueblo natal del padre—, Alhaurín el Grande, residencia de los padres de la pequeña y el oriundo de la madre y Álora, por ser donde se encontró el cadáver, decretaron al unísono tres días de luto.

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