Tensión empresarial por el patrimonio turístico

La guerra abierta a raíz de la mesa de los veladores entre las patronales del comercio, la hostelería y las agencias de viajes hunde sus raíces en una pelea por la explotación del patrimonio público vinculado al turismo. Va más allá de sillas y mesas. Se debe a los intereses empresariales cruzados en torno a edificios construidos con el presupuesto municipal que tienen unas posibilidades de negocio ciertas.

Hay que remontarse para ello a marzo de 2014. El gobierno local del PP busca una empresa que lleve el Centro de Recepción de Visitantes ya que no cuenta con personal ni recursos para ello. El precio es una ganga: 25.000 euros anuales de canon mínimo, menos de lo que cuesta un local en el centro de Córdoba.

La empresa mejor colocada, la favorita, se llamaba Posicionamiento Mercantil 21. Entre sus accionistas, Antonio Caño, Rafael Bados y Alberto Rosales. Tres de los cuatro fundadores de Fides en 2016. La intervención de IU trunca el contrato.

Marzo de 2017. Fides (un grupo creado por las patronales citadas) salta por los aires. Se culpa a los veladores pero todo ocurre veinte días antes, cuando el presidente de Córdoba Ecuestre y de Comercio Córdoba, Rafael Blanco y Rafael Bados, respectivamente, convocan una rueda de prensa donde realizan una crítica durísima. Aseguran que el anunciado Salón de Moda Flamenca en el CRV, con Pedro García presente, es un plagio del «Ecuestre & Flamenco Fashion Córdoba». La alcaldesa interviene y el Salón no se celebra. Un informe del secretario advierte que se está rozando el delito.

El Centro de Visitantes

Tras el Salón de Moda Flamenca está, junto a otras entidades, el empresario Antonio Caño. En el sector dicen que toma la determinación de intentar hacer negocios directamente en el CRV. Una estrategia de Pedro García, aseguran en el Consistorio, para dividir al empresarialdo. Legítima actuación empresarial, afirman los más próximos.

El caso es extraño porque hay fuentes que aseguran que no había prevista ninguna segunda edición del «Ecuestre & Flamenco Fashion Córdoba» pese a haberse anunciado en Fitur. La primera edición, en Caballerizas, no fue nada buena. «Económicamente fue un desastre y había orden de no repetir», afirma una fuente. Las empresas pagaban por instalarse en el edificio público pero no los gastos fueron mayores que los ingresos. No existe rastro en internet de esa segunda edición organizada por Córdoba Ecuestre y Fides. Ni una mención en las páginas web corporativas o del sector. Nada.

El CRV es un edificio goloso. Ha costado casi siete millones de euros públicos y está en un lugar por donde pasan un millón de turistas al año. Hay un listado con una quincena de fechas cerradas, eventos comerciales y también institucionales, a pesar de que no existe una regulación concreta sobre cómo usarlo.

El mensaje que se deja caer -lo hizo David Dorado, portavoz de Ciudadanos- es que existe un interés del gobierno municipal por favorecer a uno de los empresarios citados, Caño, quien organiza el viaje del Córdoba CF a la India pagado con dinero municipal. Se filtra también que hay un proyecto privado para crear un tablado flamenco en el CRV cobrando entrada.

Fides dice en una nota que Pedro García debe abstenerse por razones personales. No se dice la razón pero es la siguiente: el edil tiene un familiar directo en el negocio del caballo. Desde Córdoba Ecuestre se lleva asegurando meses que el político de IU ha estado favoreciendo la creación de «competencia». Y es que Caballerizas Reales entra en la partida.

Caballerizas Reales

El monumento también está en juego. El edificio se utiliza desde hace años por Córdoba Ecuestre pero la cesión es precaria. La única salida es que el Consistorio compre Caballerizas a Defensa pero IU se comprometió a cortocircuitar el acuerdo para dar más valor a los terrenos de la Zona de Reclutamiento. La entidad que preside Rafael Blanco, sin ánimo de lucro, no es la única interesada. Hay empresarios que creen que el monumento puede ser un gran negocio.

Volvamos a la etapa del PP. El equipo de gobierno inicia un concurso para la gestión de Caballerizas. El canon mínimo que se pide a las empresas licitantes es de 7.600 euros anuales. Es decir, 633 euros al mes. Una ganga. Córdoba Ecuestre presenta una oferta basada en la experiencia. Hay dos propuestas más: una ligada a una entidad sevillana y otra de CR Pura Raza Española SL.

El factótum ecuestre de esta empresa es Álvaro Domecq, rejoneador y jinete. El registro mercantil asegura, sin embargo, que la sociedad es propiedad del empresario Jorge Barbancho, propietario del Mercado Victoria y cuya empresa forma parte de la nueva directiva de Hostetur junto a Francisco de la Torre. Accionista también, en su día, de la empresa común de Caño, Bados y Rosales (Posicionamiento Mercantil 21 SL) para quedarse con el CRV. Defensa frustra el contrato.

La Escuela de Hostelería

La otra deseada es la Escuela de Hostelería. Un edificio municipal acabado y equipado para impartir cursos de formación justo cuando vuelve el presupuesto autonómico en esta materia. El Imdeec tiene cedido el edificio a una fundación creada por Hostecor, los sindicatos y el Ayuntamiento, que se sale en la época del PP.

La fundación tiene serios problemas económicos, dicen los consultados, pero la resolución de la coyuntura es la peor. Se decide lanzar a Bodegas Campos sin permitirle terminar los cursos. El personal de la organización es literalmente echado del edificio. No existe ningún convenio a pesar del compromiso de la alcaldesa de que no se cerraría ni un solo día.

El dinero de la Junta se va a La Rambla de la mano de CECO. Fides empieza, por esa etepa, a llevar a cabo en ese momento actividades de formación hostelera en diversos municipios de la provincia. Y el Imdeec tiene unas inmejorables relaciones con esos empresarios, en principio unidos. Tan buena, que Fides reclama a la alcaldesa que esta organización asuma las competencias de turismo.

El presidente de Hostetur, Francisco de la Torre, garantiza a los miembros de su nueva junta directiva que no tiene ningún interés empresarial en la formación. Sus críticos no le creen. La realidad es que la Escuela de Hostelería ya no tiene actividad y que los recursos se han perdido.

Congresos y Ferias

Lo de ahora son simples escarceos. El CRV es importante. Caballerizas y la Escuela de Hostelería también. Lo que se atisba es el Palacio de Congresos de la calle Torrijos y el Centro de Ferias y Convenciones del Parque Joyero. Al primero le queda un año para abrirse, según la Junta. Al segundo, depende. Antes o después se acabarán y habrá que buscar una empresa que se haga responsable de abrir las puertas, atender a los congresistas, disponer de un restaurante, organizar los conciertos.

El último administrador de Torrijos dejó un reguero de impagos. Pero aquellas condiciones del sector no son éstas. El turismo está fuerte y corren las inversiones. Con un detalle. Este tipo de licitaciones nunca pueden ser desventajosas para el empresario. Lo dice la ley. Equilibrio financiero se llama el término.