Blabacar, la única aplicación para compartir coche que opera en Córdoba

Pilar tiene 26 años y es la responsable comercial de una empresa de distribución de cosméticos con sede en Madrid. Estrenando su vida laboral, y pisando fuerte y con éxito, esta joven no para de viajar a la capital de España para poner a punto sus catálogos y familiarizarse con sus nuevos compañeros de trabajo. «Los primeros desplazamientos a Madrid me los pagaba la empresa en AVE y luego negocié que me dieran un plus para gasolina para poder ir a la oficina central con cierta frecuencia, y me lo asignaron, pero como soy un poco obsesiva con mi profesión no paro de viajar, con lo que el gasto es tremendo...», explica esta chica.

Uno de sus compañeros madrileños fue quien la puso en la pista de la aplicación para compartir el coche.

«En Madrid están muy acostumbrados a este tipo de cosas que en Córdoba nos suenan un poco a lejanas... Probé suerte con Blablacar y la tuve», añade.

Amistades

De modo que Pilar es una de las usuarias de esta aplicación para desplazarse en vehículos privados con compañeros de viajes ocasionales (o no tanto) que comparten los gastos del trayecto y que en ocasiones acaban siendo grandes amigos. «He hecho muchas migas con un chaval de La Rambla que vive en Ciudad Jardín y que también va mucho a Madrid porque tiene allí a su novia: de tantos kilómetros que hemos hechos juntos nos hemos convertidos en grandes confidentes», relata.

Blabacar es el único sistema tecnológico que pone en contacto a viajeros que opera en Córdoba. Basta un vistazo a su página web para darse cuenta de que sus usuarios de la provincia no son pocos.: gente que viaja a Sevilla y que oferta el trayecto a menos de diez euros, amantes de la playa que lanzan al aire del ciberespacio la pregunta de quién quiere compartir el gasto de un desplazamiento a la costa de Cádiz un domingo soleado...

¿Y cómo han reaccionado los taxistas ante esta fórmula de transporte? Mal, aunque en Córdoba el perjuicio que les causa es más que limitado. Lo reconoce el presidente de la Asociación de Trabajadores Autónomos del Taxi, Miguel Ruano. «A nosotros nos afecta de una forma menor porque estas aplicaciones están diseñadas para los viajes interurbanos y ya apenas hay clientes nuestros que nos pidan este tipo de servicios», indica el profesional del volante.

Cuestión aparte es que Ruano no deje de subrayar que el colectivo al que representa le parezca que se está produciendo «una competencia desleal». Recalca que estas aplicaciones no están sujetas a las regulaciones a las que sí tienen que ceñirse los taxistas y que, además, tributan fuera de España.