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Una exaltación para dar gracias a la Virgen

Estefanía Molina pronunció este viernes la exaltación en honor a María Santísima de la Candelaria

Estefanía Molina, en un momento de su exaltación ABC

R. C. M.

La parroquia de San Francisco y San Eulogio acogió este viernes la XXVIII edición de la exaltación en honor a María Santísima de la Candelaria , titular mariana de la hermandad de la Oración en el Huerto. Una disertación que en esta ocasión corrió a cargo de Estefanía Molina , hermana de la corporación y Pregonera de Juventud en 2011. Un discurso donde la exaltadora agradeció a la Virgen todas las circunstancias que se han ido dando a lo largo de su vida.

Tras una sentida presentación a cargo de su hermana, Estefanía Molina desgranó un texto cargado de vivencias personales , donde primó la prosa de manera notable. De hecho, la exaltación sólo contó con dos momentos de verso : al inicio y al final de la misma. Así, tras un sentido poema dedicado a la Dolorosa, la exaltadora destacó que aunque en este día tan especial venía a hablar de la Virgen, «el buen Candelario es aquel que también se siente hortelano, vive amarrado y busca el amparo de todos sus titulares» .

De esta forma, tras hacer mención a las imágenes de su devoción, Molina fue hilvanando sus vivencias dentro de la hermandad con aquellas personas que influyeron de manera notable en su vida . Así, por ejemplo, tuvo palabras de agradecimiento a las familias Brenes Troya y López Salazar «por ser parte necesaria» para que la exaltadora acabase siendo hermana del Huerto. Asimismo también mostró su gratitud a «los Figue» , ya que son los responsables, de manera casual, de que hoy día tenga una especial devoción a la Virgen de la Candelaria.

Un momento especial

Especialmente bello fue el momento en el que la exaltadora recordó cuando en un Rosario de la Aurora pudo portar sobre sus hombros a la Virgen de la Candelaria, algo que siempre pensó que sería imposible. Tampoco dejó pasar la oportunidad de recordar al que fuera vestidor de la imagen, Manolo Carmona , quien le brindó la oportunidad de tener la Virgen «frente a frente», desempeñando la labor de camarera durante algún tiempo.

En un marco inimaginable para ella, ante María Santísima de la Candelaria, la exaltadora destacó la faceta de madre de la Virgen , algo que ella comprendió tras dar a luz a su hijo, destacando la fe inquebrantable de María ante todas las adversidades. Finalmente, para concluir su exaltación, Estefanía Molina se despidió de la Virgen de la Candelaria hasta su próximo encuentro, en el Domingo de Ramos, que será cuando «nos veamos cruzar las puertas de un compás que nos transporte al cielo» .

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