A medida que discurren las etapas de la Vuelta, la general, más que aclararse, muestra una igualdad llamativa entre todos los corredores que figuran en los puestos de cabeza. Cada vez son menos los ciclistas que quedan en un minuto, pero quienes aparecían como los grandes favoritos para ganar la prueba se mantienen en cuestión de segundos, con unas diferencias muy cortas.
Hay llegadas, como la de este domingo en Valdepeñas de Jaén, que convienen a corredores explosivos como Dani Moreno, Valverde o Purito Rodríguez. Ellos fueron quienes hicieron el kilómetro final de la subida, en el que no hubo grandes diferencias. Nibali perdió cuatro segundos e Iván Basso, once. Poco tiempo, lo que mantiene cierta conexión con lo que sucedió el día anterior, en Peñas Blancas, donde las diferencias fueron pequeñas.
El juego de las bonificaciones puede resultar decisivo. Valverde y Purito consiguieron ayer 6 y 4 segundos, respectivamente, que se unen al tiempo real, lo que da diez y ocho recuperados con Nibali. Ese goteo de segundos podría acabar este lunes en el alto granadino de Hazallanas, a 1.650 metros de altitud, tras subir Monachil.
Es la más dura de las tres llegadas en alto que había previstas en Andalucía, lo que debe de marcar, a favor o en contra, unos tiempos más consistentes. Hay interés por ver a los grandes aspirantes para ganar la prueba, Nibali, Valverde y Purito, pero también a Roche, Horner, Konig, Haimar Zubeldia, Urán o Iván Basso.
Se trata de saber de lo que son capaces de desarrollar en un final de carrera complicado, de alta montaña. ¿Y Dani Moreno? Al líder no se le puede pedir mucho más. En cuanto Purito necesite de él tendrá que trabajar si Katusha quiere ganar la prueba. Mantener a los dos vivos supone correr el riesgo de quedarse sin nada, salvo que los datos que manejen en el equipo hablen de que Moreno está mejor que Purito.
La Vuelta no es el Tour, pero no conviene olvidar los últimos diez días de carrera que hizo el catalán en Francia. Por si acaso.
