Mientras el ritmo de las etapas en la Vuelta a España no decae -se sigue rodando muy fuerte-, el control que están ejerciendo un selecto grupo de equipos sobre las escapadas que se producen todos los días resulta abrumador. Es una constante que se produce en todas las grandes pruebas del calendario y que ha llevado a plantear la posibilidad de que los equipos tengan menos corredores para no ejercer un dominio tan abrumador a la hora de poder trabajar.
Si algo no tiene la carrera este año es muchas llegadas para los sprinters. Las que hay son contadas, aunque ahora van a tener dos días seguidos en los que poder mover a sus velocistas.
Basta con ver la nómina de hombres rápidos que hay para darse cuenta que la apuesta de la mayoría de las formaciones, las que han podido hacerlo, han organizado sus equipos con corredores para la media y la alta montaña.
Este miércoles, entre el Astana, que trabajó durante la primera parte de la etapa, para reducir la diferencia de diez minutos que habían adquirido los escapados, y más tarde Orica y Garmin, se bastaron para dejar la fuga en nada cuando quedaban pocos kilómetros para la llegada. Y esas formaciones seguirán intentando aprovechar las contadas ocasiones que les quedan a sus esprinters, mientras los mejores de la general piensan en otros compromisos de más trascendencia para sus intereses, que no llegarán hasta el fin de semana.
Los primeros días de la carrera han tenido de todo: viento, ritmo muy fuerte, una crono por equipos que para muchos ciclistas es un auténtico suplicio, llegadas en alto de distinto calibre y ninguna gran sorpresa entre los principales aspirantes a la victoria final.
Es cierto que ha habido corredores como Samuel Sánchez y Sergio Luis Henao que se han quedado fuera de ese juego de intereses, en el que no estaban tampoco en una primera línea, mientras que los demás dejan hacer a sus equipos y al resto de participantes, en un reparto de victorias que va saciando muchos intereses. Los momentos de tranquilidad en una gran prueba por etapas, de cierta calma mejor dicho, son escasos, y conviene aprovecharlos, porque luego llegarán situaciones comprometidas.
