Dexter: 7 cosas que nos enseñó la serie del famoso asesino en serie

¿Puede un asesino en serie darnos lecciones prácticas para nuestra vida?

Donde muchos ven un mero entretenimiento, otros observan lecciones prácticas, y aunque cuando se habla de lecciones aprendidas en una serie cuyo protagonista es un asesino en serie habría que pararse a pensar en el asunto, creo que «Dexter» nos ofreció mucho más que lo que a primera vista se puede percibir del show.

Evidentemente, y teniendo en cuenta la temática de esta serie de Showtime, muchas de las lecciones que aprendimos son un tanto ilegales, pero incluso de ellas podemos sacar cosas prácticas que te sacaran de más de un

Todo trabajo requiere de planificación

Lejos de ser un asesino que se dejaba llevar por sus instintos, Dexter nos mostraba que para cumplir con nuestros objetivos era necesario planificar e investigar sobre el tema que queremos llevar a cabo, y ya sea algo escabroso o algo cien por cien legal, esta lección deberíamos aprenderla cuanto antes mejor ya que, como veíamos en la serie, cuando las cosas se precipita, no tienen un final feliz.

Orden y limpieza: virtudes necesarias para el éxito

A pesar de lo que se piensa de la mayoría de los hombres, Dexter es un tipo limpio y pulcro, y si bien, eso era necesario para evitar que lo pillaran, podemos extrapolar esa lección a otros campos sin necesidad de envolver una habitación en plástico.

¿Un ejemplo? Tanto si es para el campo de los estudios como para un tema laboral, profesores, jefes y todo tipo de personas que tienen que evaluarte agradecerán que entregues el material limpio, ordenado y sin que parezca que has tenido que matarte o matar a alguien para conseguirlo.

Viste para la ocasión

Dex era un tipo que luchaba contra sus propios instintos, y mientras que estos le hablaban de lo poco práctico que resulta estar al día en temas de moda, su cerebro le hablaba de la importancia de ir vestido adecuadamente para cada ocasión.

De esa forma, el personaje de Michael C. Hall aparecía como un tipo sencillo pero profesional en su trabajo como forense, mientras que, para actuar como asesino, utilizaba un atuendo cómodo y versátil que además de no ser proclive a dejar rastro (las camisas tienen demasiados botones) se camuflaba bien en la oscuridad.

No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy

Los trabajos hay que terminarlos, y aunque en muchas ocasiones la pereza, el cansancio u otras circunstancias nos inviten a procrastinar, todos conocemos (y lo dice alguien que debe trabajar a diario en este campo) las consecuencias de dejar todo para después.

En el caso de Dexter, veíamos que era bastante firme en este asunto, pero curiosamente, el día que decidió dejar para otro momento lo de matar a un asesino, su mujer pago las consecuencias de dicho desliz.

La importancia de la sangre

En «Dexter», Michael C. Hall tiene que conjugar al asesino con un profesional de las ciencias forenses especializado en salpicaduras de sangre, y si algo aprendimos de eso es que algo a lo que normalmente se le presta poca atención puede ofrecer pistas cruciales para resolver un caso, y en el supuesto de que estemos involucrados, llevarnos a la cárcel.

Evidentemente, desde aquí no voy a animaros a que limpiéis la sangre de vuestras víctimas, pero habría que extrapolar esto al hecho de que en la mayoría de ocasiones no prestamos atención a detalles que por la razón que sea resultan demasiado evidentes (como la sangre) y que por el mero hecho de obviarlos pueden salir caros a cualquiera de nuestros proyectos.

Deshazte de las pruebas

Pese a su más que pulcro «modus operandi», Dexter también caía en esa debilidad humana de guardar «trofeos» que nos sirvan de recordatorio sobre aquello que hemos hecho, y aunque dudo que ninguno de los lectores de este rotativo digital piense en guardar gotas de sangre en el aire acondicionado, seguro que os acordáis de que en más de una ocasión os han pillado una mentira por no deshaceros de tickets de ciertos sitios, así que tomado nota de esta lección y antes de entrar en algún sitio revisa tus bolsillos en busca de aquel resguardo de parking y ticket que pueda echar abajo tu cuartada.

Ocultar tus huellas

Muy en la línea del anterior punto, pero aplicable en otros campos está el hecho de borrar nuestras huellas, algo que en estos días y por culpa de las redes sociales resulta más que complicado.

Ni que decir tiene que Dexter no usaba ni Instagram, ni Facebook, ni Twitter y aunque es su caso el rastro dejado podría estar marcado por cámaras de vigilancia, el resto de los mortales debemos tener cuidado de no aparecer en fotos de nadie. Y es que siguiendo esa curiosa regla no escrita que dice que todos estamos conectados mediante seis personas, es más que probable que aparezcas en las fotos fiesteras de alguno de los más de 300 amigos que tienes tu o esa persona a la que quieres ocultar algo, por lo que sí está a tu alcance revisa y borra huellas.