opinión

La magia de hadas y duendes

La guardería que dirige María Jesús Carrillo celebra el décimo aniversario de su fundación

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Hubo una época en la que había pocas guarderías en Toledo. Ahora han cambiado las cosas y disponemos de muchos centros de atención infantil. La temperatura moral de una sociedad se mide por cómo trata a los más débiles, y entre ellos están los ancianos y los niños. Los niños representan, en el presente, un modelo ético para los mayores por su manera de ver y actuar ante la vida, y encarnan también nuestro futuro, que depende de nosotros, pues somos responsables de la herencia que les dejaremos con vistas a la sociedad del mañana.

En un sitio alejado del centro, en la Urbanización Vistahermosa, se encuentra la guardería privada «Hadas y duendes». Aquí estuvo mi hija durante un período de dos cursos.

Esta guardería es noticia porque ha celebrado el décimo aniversario de su fundación. Y lo ha hecho convocando a muchos amigos, padres y conocidos a una gran fiesta en el restaurante El Chuletero.

La creación de esta guardería obedece al empuje personal de su directora, María Jesús Carrillo, que, teniendo un trabajo que le aportaba dinero y reconocimiento (con el ofrecimiento de un ascenso para dirigir un proyecto muy importante a nivel europeo), decide dejarlo todo para montar una guardería en el piso de abajo y en el terreno del que dispone en su chalet. Todo un giro copernicano apoyada por Edu, su marido, y por su madre Mari Carmen, que será la responsable de la cocina de la guardería. Ahora que tanto se habla de emprendedores, éste es un claro ejemplo.

Aquí no se trata solo de guardar o custodiar los niños, sino de estimularles para que descubran que aprender es una actividad divertida y que, además, es una tarea necesaria para disfrutar de la vida. En este sitio se trabaja mucho el acercamiento al arte, a la música y a la naturaleza. Sé que ha habido momentos en los que la directora ha estado a punto de arrojar la toalla, pues no es fácil superar los impedimentos que se encuentran en el camino y que es complicado mantener una estabilidad en las matriculaciones (en su discurso la directora tuvo palabras de agradecimiento para Fedeto por su ayuda prestada durante estos años.) Pero contra viento y marea han sabido mantenerse para llegar hasta este décimo aniversario. La celebración de cualquier efeméride es una manera de mirar hacia el pasado para comprender el presente y que esto nos sirva para proyectarnos hacia el futuro. Ojalá esta guardería siga al pie del cañón alimentando el saber y la imaginación de muchos niños, con sus hadas y sus duendes.

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