cartas al director

En Toledo: Cacicada del siglo XXI

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Por muy increíble que parezca, la historia se repite. Cuando ya hemos dejado atrás el siglo XX con sus épocas y actitudes deleznables de todo tipo y cuando se supone nos encontramos asentados en una democracia madurita, en la que la teoría reza que todos somos iguales ante la Ley, hete aquí que eso, para algunos, no es verdad pues parafraseando a George Orwel «…todos somos iguales, pero unos somos menos iguales que otros».

Lo que me ha ocurrido el día 4 de junio de 2015 en Toledo capital durante la festividad del Corpus, es lo mismo que me sucedió hace más de quince años en igual festividad y ciudad. Pasado ese tiempo me realizo la misma pregunta que entonces: ¿por qué el disfrute de unos pocos tiene que provocar el perjuicio de otros? En aquellos días, al frente del Ayuntamiento de Toledo se encontraba el Partido Popular y cuando esto escribo rige el de enfrente, es decir, el Partido Socialista Obrero Español; pero ello no es óbice para constatar la dura realidad que es para un ciudadano normal, trabajador, que cumple con la ley, paga sus impuestos como todos los demás, etcétera, el tener que comprobar que, para cierta «autoridad», sigue valiendo el tan castizo: «da igual Juana que su hermana» o, lo que es lo mismo, «da igual Benito que Manolo».

Las actitudes injustas desde la más abyecta de las prepotencias y los abusos descarados los venimos sufriendo los ciudadanos normales; los que no somos nadie, gobierne quien gobierne.

Y si no, juzguen al conocer lo que me ha sucedido.

El día 4 de junio de 2015, al igual que los días anteriores, el vehículo de mi propiedad se encontraba correctamente aparcado a escasos metros del portal de mi domicilio en la calle donde resido y por la tarde de ese día se celebra la tradicional corrida de toros del Corpus Christi. Hasta ahí todo normal. Pues bien, en algún momento de dicho día, la Policía Local por medio del uso de la grúa municipal se ha llevado mi coche estacionándolo en un parking disuasorio alejado de mi domicilio. La razón esgrimida para efectuar tan injusto y abusivo hecho es que «no tenía la pertinente autorización para aparcar en mi calle hoy 4 de junio, en la zona acotada para vehículos con autorización», resultando que la zona a acotar es, precisamente, casi toda la calle en la que resido y por la que pago, religiosamente, lo requerido para tener adjudicada la zona de estacionamiento, al igual, supongo, que el resto de mis vecinos; vía, precisamente, en la cual está domiciliado mi vehículo según consta en el correspondiente impuesto de circulación.

Y ahora viene lo mejor. En toda la calle, tanto delante de mi edificio como al otro lado de la calzada y justo delante de la plaza de toros, durante la mañana del día 4 de junio se vinieron colocando barreras para impedir el aparcamiento primero y para imposibilitar la circulación, más tarde. Pero esas barreras PUEDEN MOVERSE AL LIBRE ANTOJO DE QUIEN LAS COLOCA y se abren o no dependiendo de quién seas, del amigo o conocido que tengas, del cargo o carguito que ocupes o del pase que muestres y situaciones similares claramente anormales en un estado de derecho.

Mi vehículo ha sido retirado. A otros, les han obligado a abandonar su correcto estacionamiento para que, a su vez, aparquen otros vehículos en teoría «con autorización del Ayuntamiento de Toledo». Autorización ¿para qué y por qué? Esa es la gravedad del mal uso del concepto de autoridad. Una pregunta sin respuesta, me temo.

De los vehículos que han aparcado, dos mostraban un cartel anunciando: «Vehículo equipo gubernativo»; cinco mostraban una autorización del Ayuntamiento de Toledo -concretamente de un Inspector de la policía Local y Movilidad- con la matrícula manuscrita y como concepto: «acceso y estacionamiento en zona restringida de la plaza de toros (organización y oficios)». El resto de automóviles no tenían nada que les autorizara a permanecer allí estacionados. Bueno, en realidad uno sí; mostraba bien a la vista y con todo orgullo una autorización para ¡¡¡«la Romería del Valle», con su nombre, matrícula y la fecha de la misma del 1 de mayo de 2013!!!…. También es constatable, aunque ciertamente sea una valoración muy personal, el magnífico nivel que tiene dicho parque móvil público para la organización y oficios de espectáculos públicos: una gran mayoría de vehículos de muy alta gama. Debe ser cierto que la crisis ha pasado y ello se refleja en el parque móvil público de nuestra ciudad.

La realidad es esta que les narro y no otra. En esta ocasión ha sido mi vehículo correctamente aparcado el que ha sido retirado por orden de la Autoridad y el que ha sido estacionado en un parking retirado de mi domicilio al que he tenido que acudir a recoger sin que por parte de la Policía Local me fuera, ni tan siquiera, facilitado correctamente el lugar de depósito. Pero en cualquier otra ocasión, me temo, le pasará a cualquier toledano.

Y todo ello, para que otros que venían a disfrutar de la fiesta de los toros pudieran aparcar valiéndose de una actuación absolutamente irregular. Sin molestias y en cuatro pasos, han ocupado su sitio y a recrearse. ¡Y el que venga detrás, que arree!

Simple y sencillamente: injusto, ilegal y abusivo. Actuaciones de la autoridad local de Toledo respecto al administrado de orden caciquil y bananero en pleno siglo XXI.

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