bahía de ítaca

Voto de venganza

Lo que suceda en Madrid, Toledo y Castilla-La Mancha en primavera marcará los cambios en toda España a finales de año

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Hemos estrenado un nuevo año. Un año complicado que anuncia cambios en todas direcciones: en lo económico, en lo político, en la regeneración democrática, en la lucha contra la corrupción y contra el paro. Seríamos injustos si no valoráramos positivamente lo conseguido en estos últimos doce meses: detener el desempleo y crear medio millón de puestos de trabajo merece al menos un aprobado alto para los empresarios y para el gobierno de la Nación. Pero quedan todavía otros 5,5 millones de personas sin trabajo a los que no les ha llegado la recuperación.

El Rey don Felipe ha marcado los retos: corrupción, servicio a la comunidad, estado de bienestar y unidad de la patria. Los separatistas vascos y catalanes ya han hecho frente común contra Mariano Rajoy.

No se trata de recentralizar competencias sino de cumplir y hacer cumplir la Constitución. Y en este punto los nacionalistas saben torear como nadie a un ejecutivo errante, llámense excarcelaciones masivas de etarra y violadores o referéndum soberanista camuflado. Ahora más que nunca necesitamos hombres de Estado.

Por sus hechos los conoceréis. Así es que en esta cuesta de enero vamos a tener ocasión de comprobar que el bipartidismo se ha roto definitivamente y que las elecciones locales y autonómicas pueden dibujar un panorama completamente distinto.

El PP dispuso hace tres años de un crédito de 10.061.311 votos, un 41,89% del escrutinio y 170 escaños. Nadie nunca antes había recibido en nuestro país tanto respaldo público: mayoría absoluta. Todo el poder. Tras el golpe de atención de las europeas, los populares buscan desesperadamente un par de millones de votos que se han ido al desencanto, a UPyD, a Ciudadanos, a VOX y a Podemos. No será fácil recuperarlos; no al menos si no se explica con claridad por qué no se ha cumplido el programa electoral en asuntos tan sencillos como el apoyo a las víctimas del terrorismo, la defensa de la vida de los no nacidos, la derogación de leyes tan abyectas como la de la Memoria Histórica, la dejación en la lucha contra la inmersión lingüística en catalán (en Cataluña, Baleares y Valencia) o en la implantación de medidas tan concretas como el recurso previo de inconstitucionalidad, la recuperación del delito de secesión, la ley del Menor, la reforma de las Administraciones o, mismamente, cuando Montoro condona los intereses de la deuda a las comunidades derrochadoras a la espera de la una generosa quita antes de las generales. Es decir, se premia la deslealtad y la falta de austeridad. Demasiados motivos para la desafección y el cabreo.

Gobierno y Partido comenzarán esta semana una ofensiva informativa para recuperar tanto tiempo perdido detrás del plasma. Es la enésima vez que lo intentan. Siempre se quejan de que no saben vender. No es cierto. Tantas energías para el impulso económico les han dejado sin ideología. ¿Alguien sabe qué ideología practica el presidente Mariano Rajoy?

Van a ir por todas partes predicando la buena nueva de lo que han hecho y de lo mucho que queda por hacer. No va a resultar fácil hacer cambiar de opinión a pensionistas con subidas del 0,5 por 100, a viudas con menos de 500 euros/mes, a mileuristas que cobran ahora 700 euros y a quienes tienen que resignarse a un salario mínimo interprofesional (648 €) tres más que el pasado año. No va a resultar fácil, decía, mientras los casos de corrupción se acumulan, los políticos, empresarios y sindicalistas han arruinado casi todas nuestras cajas de ahorro, manejando sin control tarjetas blacks y complementos de pensiones obscenas. A más y más los ERES están tejiendo un horizonte penal en todo el sur de Susana Díaz. Y si, ministro de Economía y Comercio: sí, señor De Guindos: aún hay miedo a perder el empleo.

Y en esto, llegó Podemos travestido de socialdemócrata escandinavo. Pablo Iglesias ha conmocionado todo el panorama político con su salto desde la Universidad al Parlamento europeo. IU ha sido fagocitada; el PSOE nada entre dos aguas intentando desmarcarse de la oferta de PP para rearmar los consensos –Pedro Sánchez no acaba de despegar- y los nacionalismos desleales (Más, Urcullu, Rivero) velan armas para asaltar el Estado.

Como cada 40 años entramos en otro ciclo: pérdida de las colonias, guerra incivil, franquismo, transición... Nos esperan cambios importantes en municipios, autonomías y, al final de año, en toda España. La crisis puede explicar el enfado de la gente para votar otras alternativas. Rechazada de raíz el acercamiento entre los dos partidos hegemónicos todo indica que los socialistas se avendrán a compartir poder con Podemos. ¿Qué pasará en Madrid, Castilla-La Mancha y Toledo? No lo sabemos pero decidirán el futuro de España entera. Dolores de Cospedal y Emiliano Garcia Page son los referentes más claros de populares y socialistas una vez desaparecidos del mapa socialistas y populares de Cataluña y País Vasco.

Los resultados de Grecia el 25, el pulso de Podemos a finales de mes exhibiendo poder en su marcha sobre la capital de Reino y la crisis territorial marcarán el camino para los comicios de mayo. Existe algo peor que un voto indignado¬: un voto por venganza. Votemos en libertad, votemos sin miedos. No nos dejemos llevar directamente a una legislatura constituyente. Hay mucha generosidad y esfuerzo enterrado en la Carta Magna del 78. Con el voto de venganza alcanzaríamos una II Transición e incluso una III República. ¿Estamos preparados para soportar cambios tan radicales?

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