Rito ancestral

Esta tarde en la catedral se representa el Canto de la Sibila

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Hoy domingo, a las 19 horas, en la catedral primada, resonará el ancestral Canto de la Sibila y Oficio de Pastores, cuya celebración en el templo primado es antiquísima pues ya tenía lugar en Navidad, cuando se usaba el oficio toledano o mozárabe, y continuó cuando se usó el romano, hasta que en 1835 dejó de cantarse debido a que la obra y fábrica catedralicia no podía soportar los crecidos gastos de la capilla de la música.

Por aquellos años, solo la compostura y adorno de la Sibila importaba entre mil y 1.200 reales. En 1867 se reanudó por iniciativa del entonces deán de la catedral José Pedro Alcántara, pero su celebración solo duró un año. El 29 de diciembre de 2006, el Canto de la Sibila fue recuperado para la catedral con motivo de la apertura del 450 aniversario de la fundación del colegio Nuestra Señora de los Infantes.

Una buena voz

El día de Nochebuena, entre las diez y las once de la noche, las campanas del campanario primado lanzaban al cielo su alegre y acompasado repicar anunciado el comienzo del oficio de la noche: maitines, misa del Gallo y laudes. A las once comenzaban los maitines, cantándose lecciones, versos y salmos. Al llegar al texto de San Agustín, se detenía el oficio y de la sacristía salía la Sibila, clerizón o seis, que debía tener una muy buena voz. Iba vestida de mujer, ricamente ataviado con túnica y manto de lamé de plata. La Sibila cantaba los versos a capela, y después venía la danza de los vestidos de ángeles, que cruzaban sus espadas tres veces mientras el coro cantaba con acompañamiento de órgano u otros instrumentos.

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