La reforma del aborto en Bélgica complica la crisis política

Miles de médicos protestan contra la idea de liberalizar por completo la interrupción del embarazo

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Bélgica comparte con España la extraña situación política de tener un Gobierno en funciones en medio de un bloqueo político que hace muy difícil o incluso improbable la formación de una mayoría. La cuestión es propicia al bloqueo político salvo para una extraña combinación de fuerzas que ha aprovechado esta situación excepcional para poner en marcha una reforma de la ley del aborto que en los hechos supondría la legalización indiscriminada de cualquier interrupción del embarazo porque extiende el plazo de las actuales 12 semanas de gestación a las 18 , reduce el tiempo obligatorio de reflexión de los seis días a las 48 horas y finalmente despenaliza a cualquier mujer que opte por esta decisión dramática aunque sea fuera de las condiciones legales.

La decisión ha suscitado un inédito movimiento de protesta por parte de una mayoría de los médicos y enfermeras belgas, lo que no ha impedido que el trámite de la ley siga su curso.

Todo el mundo recuerda el trauma que significó para la política belga la aprobación de la primera ley que despenalizaba el aborto en 1990, cuando el muy popular rey Balduino I decidió acogerse a una extraña abdicación temporal para no tener que firmarla . Desde entonces la sociedad de este país ha pasado ya la página y en este tipo de cuestiones ha seguido derivando hacia terrenos cada vez más espinosos, también en el campo de la eutanasia.

En estos momentos de zozobra, cuando el Gobierno está en funciones y no tiene capacidad legislativa ni los principales líderes logran formar una mayoría para investir a otro, el Parlamento ha decidido seguir su propio camino y en torno a esta polémica reforma se han aliado partidos francófonos y flamencos que incluyen a socialistas, liberales y ecologistas que han logrado una mayoría suficiente para llevar a cabo esta reforma por su cuenta y riesgo. Los democristianos y los independentistas flamencos, que son la primera fuerza del país, no han logrado pararlo.

Sin embargo, por primera vez en un país donde este tipo de gestos contra corriente son poco frecuentes, los médicos han lanzado una campaña contra esta legislación que permitiría extraer de su madre a fetos que ya son individuos capaces de escuchar e identificar sonidos. De los 20 expertos que ha convocado la comisión de Justicia del Parlamento, solo tres estaban a favor de la reforma. Cinco tampoco están de acuerdo con la idea de que en la primera visita al especialista no se le mencionen a la madre ningún tipo de alternativas y sólo 4 de los expertos han aprobado la idea de despenalizar total e ilimitadamente esta práctica.

El texto ha pasado al Consejo de Estado, que tiene un mes para dar su dictamen. En estas circunstancias la discusión tampoco ayuda a resolver la crisis política.

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