El pulso del planeta

Ni perfume ni pelo suelto para las conductoras chinas

El manual de conducción de Shanghái revela el sexismo al volante en este país al advertir de riesgos de accidentes de tráficos exclusivamente femeninos

Una taxista en la ciudad de Shanghái ABC
Pablo M. Díez

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El coche es un lujo relativamente reciente en China y la verdad es que se nota. Conduciendo a golpe de claxon, como en cualquier otro país en vías de desarrollo, los chinos forman unos atascos kilométricos no solo por la superpoblación del país, sino porque todos intentan cambiarse de carril constantemente para avanzar más rápido. En las rotondas, en lugar de alternarse cada coche, prima el «sálvese quien pueda». Bajo una desafinada sinfonía de bocinas, acaban todos naufragando en medio de un colapso de vehículos atravesados cortándose el paso unos a otros. Al incorporarse a una nueva vía, no hay cedas el paso que valgan y los conductores sortean cada nuevo automóvil que aparece en su camino cambiándose al carril contiguo, por supuesto sin mirar.

Todo ello se debe a que en las carreteras chinas, como en la jungla, prima la ley del más fuerte: es decir, el camión tiene prioridad sobre el autobús, el autobús sobre el coche, el coche sobre la moto, la moto sobre la bicicleta y todos ellos sobre el peatón, último eslabón de esta cadena que siempre lleva las de perder. En caso de accidente, por leve que sea, los conductores implicados dejan sus vehículos en medio de la carretera mientras discuten quién ha tenido la culpa , sin importarles provocar un monumental atasco a sus espaldas. A pesar de la afición de los chinos por la bocina, en estas retenciones nadie pita, sacando los conductores a relucir su paciencia oriental para esquivar a los siniestrados, que en ocasiones no presentan más que un arañazo en la chapa.

Al margen de estas peculiaridades, hay algo que sí iguala a los chinos con el resto de conductores en el mundo: su machismo . El ya clásico «mujer tenía que ser» acaba de aflorar en un manual de circulación que el Ayuntamiento de Shanghái enviará a cada domicilio a finales de mes. Ilustrado por dibujos infantiles, hay un capítulo especialmente dedicado a las mujeres con unas recomendaciones muy peculiares.

En caso de emergencia

Según informa el portal de noticias Sixth Tone, entre ellas destaca no ir al volante con el pelo suelto , ya que puede poner en peligro a las conductoras. «Aunque el pelo largo es bonito, impedirá a las mujeres ver otros coches aproximándose por ambos lados. En caso de emergencia, cuando la conductora tenga que girarse, el pelo largo no solo le bloqueará la visión, sino que se puede enredar en los asientos y el volante», advierte el manual. Además, las autoridades previenen contra los tacones de más de cuatro centímetros, que «pueden afectar a la aceleración y al frenado», y contra los perfumes, «que pueden causar una explosión en caso de accidente». De igual modo, desaconseja los adornos colgando del espejo retrovisor por dificultar la visión, pero estos también los llevan muchos hombres.

Como no hay un capítulo dedicado a los hombres , pero sí a los niños y ancianos, se intuye cierto sexismo en estos consejos. A ello se suman avisos similares en otros lugares, como no maquillarse al volante, o los aparcamientos especiales para las mujeres, que son mayores de lo habitual para facilitar la maniobra. Esta mala fama la desmontan datos como los de la ciudad de Hangzhou, donde las mujeres suman un tercio de los conductores y solo se ven implicadas en menos de una décima parte de los accidentes.

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