El Papa vuelve a recibir peregrinos después de seis meses de aislamiento

Extraño silencio y mucha emoción en la primera audiencia general

El Papa, esta mañana, en la primera audiencia general con público tras seis meses REUTERS
Juan Vicente Boo

Esta funcionalidad es sólo para registrados

En un nuevo paso hacia la normalidad, el papa Francisco ha recibido este miércoles a casi medio millar de peregrinos al cabo de seis meses de audiencias generales sin público , transmitidas en «streaming» desde su biblioteca. El encuentro se ha celebrado en el patio de San Dámaso, con pleno respeto a todas las medidas sanitarias de seguridad.

Lo más llamativo de este primer contacto con los fieles era el silencio - en lugar de las canciones y el bullicio - durante la espera al Papa, y la falta de aplausos estruendosos a su llegada. Todo ha sido modesto y familiar. Se notaba la emoción y el cariño, pero también la inseguridad sobre el modo de comportarse en la nueva situación.

En cuanto el pequeño automóvil del Papa llegó al patio y se detuvo a unos metros de la barrera, los fieles se pusieron en pie y esperaron a ver qué hacía Francisco. El Santo Padre se dirigió hacia los más cercanos y dialogó con algunos, pero respetando la distancia y absteniéndose de dar la mano o besar a niños, como era su costumbre.

Lo que no ha cambiado es el buen humor. Cuando un grupo de peregrinos le ha dicho que rezaba por él , Francisco les ha sorprendido preguntando: «Pero, ¿a favor o en contra?». Le respondieron «¡A favor!», en medio de la primera carcajada.

Francisco ha bromeado también al pasar delante de los periodistas: «¡Han vuelto al trabajo!». Dos de ellos, de nacionalidad norteamericana, no estaban allí sino en la primera fila de peregrinos, vestidos con sus trajes de boda. Iban a acudir como recién casados a la audiencia del 25 de marzo, la primera que fue suspendida, y lo han hecho, por fin, en esta.

La nueva modalidad de audiencia general resulta todavía un poco extraña, pues los peregrinos deben pasar un control de temperatura, cruzar el Portone di Bronzo , subir una larguísima escalera palaciega y aplicarse de nuevo hidrogel en el patio de San Dámaso, antes de sentarse en sillas muy separadas dentro de dos grandes recintos aislados mediante barreras. Las imágenes del encuentro podían verse también en las grandes pantallas de la plaza de San Pedro , pero apenas había quedado nadie fuera.

En su saludo a los peregrinos de lengua española, el Papa ha hecho notar que la pandemia «ha evidenciado que todos, como miembros de la misma familia humana, estamos conectados en el bien o en el mal», y «esta interdependencia nos enseña que solo siendo solidarios podremos salir adelante, pues de lo contrario surgen desigualdad, egoísmos, injusticia y marginación».

Francisco ha añadido que «para no repetir el drama de la Torre de Babel, que generósolo ruptura y destrucción a todo nivel, el Señor nos invita a radicarnos en el acontecimiento de Pentecostés», donde el Espíritu Santo «inspira la fe de la comunidad unida en la diversidad».

Según el Santo Padre, «la solidaridad es el único camino posible hacia un mundo post-pandemia, y el remedio para curar las enfermedades interpersonales y sociales que afligen a nuestro mundo actual».

Al término de su catequesis, el Papa ha convocado una jornada de oración y ayuno por la nación y el pueblo del Líbano el próximo viernes 4 de septiembre.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación