La nueva moda del turismo: viajar a zonas conflictivas

Exteriores aconseja expresamente evitar zonas como las favelas

J. G. Stegmann

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Vivir experiencias «al filo del peligro» se han convertido en una nueva forma de viajar. Ya no se trata de la decisión personal de turistas aventureros, sino que son las propias agencias turísticas las que preparan paquetes a zonas inseguras, pobres o, incluso, radiactivas.

El objetivo, en muchos casos, no es convertir estos lugares en escaparates y, mucho menos, exponer a los turistas. El problema es que son los propios Estados, y esto sucede en el caso de España, que hace constantes recomendaciones a través de la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores en el que se aconseja a los ciudadanos evitar determinadas zonas. Por ejemplo, las favelas.

«Favela experience»

En Brasil, la empresa «Favela Experience» ofrece, como su nombre lo indica, una experiencia en las favelas de Río. Su director, Adam Newman explica a ABC que el objetivo de los recorridos por favelas como Rocinha (donde murió la gaditana), Santa Marta, Morro de Babilonia o Complejo de Alemão no es venderlas como si fueran un producto de escaparate, sino que buscan «eliminar prejuicios y crear más empatía entre los turistas y las personas de la comunidad». Incluso, si se solicita, también se puede acceder a un «Airbnb» en las favelas. El objetivo, en su caso, no es solo comercial sino también social. De hecho, cuentan con un albergue en Vidigal en el que funciona una ONG que trabaja para los locales. Allí, los turistas pueden dormir en una habitación compartida por unos nueve euros y medio la noche o un cuarto individual y vistas panorámicas unos 37 euros. «Todos los turistas nos preguntan siempre por la inseguridad, pero les decimos que jamás tuvimos problemas. En las favelas las reglas son diferentes, es peor robar dentro que fuera. Los turistas son guiados por personas que viven y se criaron allí», explica Newman.

En la India, la ONG, Salaam Balak Trust ofrece paseos por los «slums», barriadas de chabolas sin luz, agua ni electricidad . La entidad se dedica a dar protección a los niños de la calle, acostumbrados a vivir con la pobreza, las drogas o la prostitución. Les dan la oportunidad de rehacer sus vidas trabajando como guías y aprendiendo así nuevos idiomas.

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