Nace el fútbol accesible y sobre ruedas, el «foothand»: la inclusión se mueve desde la cancha

Colegios madrileños estrenan una nueva modalidad deportiva, que aspira a extenderse al resto del país. El fútbol en silla de ruedas integra a niños con y sin discapacidad y les enseña a cantar victoria, juntos y desde abajo

Jóvenes alumnos del colegio Areteia disputan un encuentro de «foothand» REPORTAJE GRÁFICO: JAIME GARCÍA / Vídeo: RODRIGO MUÑOZ
Érika Montañés

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A las puertas del polideportivo del colegio Areteia, en Alcobendas (Madrid), conversan Luis García Carretero y Francisco (Paco) Díez. Hablan de «la necesidad de ser solidarios y pasar de tanta palabrería a la acción» mientras jugadores de fútbol sobre ruedas como Ariadna , de 15 años y Miguel , de 16, les esquivan para entrar en el pabellón y sentarse en una silla de ruedas, pese a que caminan a la perfección. En este centro, conviven niños con alguna discapacidad física o necesidades especiales para su aprendizaje (autismo, sordera) con niños de capacidades normales. Luis y Paco representan la comunión (entre discapacidad y fútbol) que han querido trasladar del aula a la cancha. Y lo han hecho con un proyecto ideado por Raúl San Miguel, el presidente de la Fundación Accesibilidad Universal, que gestó el «foothand».

En realidad, esta nueva modalidad deportiva que aspira a llegar a decenas de centros en España, crear una liga propia y hasta competir en un futuro en Juegos Olímpicos no es otra cosa que fútbol desde una silla de ruedas. Fútbol de mano, porque los jugadores manejan la pelota desde el antebrazo , con un prototipo de pie humano que golpea, regatea y desplaza el balón en el suelo, hasta que lo introduzca en la portería y cante gol, exactamente igual que en el deporte más practicado del mundo.

Como explica su creador, hace diez años que él y su hermano diseñaron un prototipo de madera para integrar a los jóvenes con dificultades que querían jugar con el resto. De ahí al actual, ergonómico y de peso no superior a 350 gramos, han pasado diversos modelos, desarrollados por la Universidad de Cantabria y el colegio de Fisioterapeutas de esa región, cuna del «foothand».

«El mundo desde abajo»

Pensado en un principio para personas con discapacidad física o movilidad reducida, se está promoviendo en institutos y colegios de una manera singular: se apuntan chicos y chicas con y sin discapacidad y los resultados son realmente sorprendentes.

Un ejemplo, contado por Juan Ramón Mayor y San Miguel , de la Fundación Accesibilidad Universal. Se experimentó con el «foothand» con 853 alumnos de 12 colegios del área sur de Madrid. Ninguno tenía discapacidad física. Jugaron y circuló una encuesta entre ellos. Las respuestas eran colosales: «Nunca pensé en la dificultad de ver el mundo desde abajo», contestó una joven sin discapacidad. «Logran empatizar con los problemas de otros jóvenes en los que no habían reparado antes, y no lo hubieran podido hacer de otro modo», añade Mayor, trabajador social. También llama la atención sobre un hecho notable: «El fútbol se practica en todos los rincones del mundo. Tras esta experiencia, estos chavales con silla de ruedas aprenden que pueden ir al cemento donde juegan los demás, a ese rincón desu barrio donde no habían podido estar antes y practicar un deporte que les encanta». Fútbol accesible.

« No se trata solo de jugar. Niños con y sin discapacidad ven que no hay barreras. Se trata de apostar por un modelo de inclusión. El deporte da exigencia, da colaboración, da posibilidad de trabajar en equipo y les da ilusión», dice el director Luis García, contento de que su centro no se limite a dar una titulación académica a los alumnos, sino de que aporte como institución unos valores de vida a sus muchachos. «Igual que se les enseña Matemáticas a todos juntos, aprenden juntos en el deporte», asegura.

La deuda

Paco Díez , presidente de la Real Federación de Fútbol de Madrid, observa a los muchachos moverse como liebres en el terreno de juego. «El fútbol tenía una deuda pendiente con la discapacidad –musita–. No es un deporte adaptado y ahora, con el “foothand” puede ser inclusivo». Él, que «metió» a «El Langui » en la Junta Directiva, se enorgullece contando la anécdota de un chaval de 10 años con discapacidad al que no se dejaba inscribir como benjamín en un equipo. Lo hizo con el alevín –autorizado por el propio Díez– y dio la victoria en la competición a su plantel. «Revolucionó al equipo y nos dio una lección a todos», remarca.

Esta misma semana hemos asistido, en Barcelona, al intento de exclusión de una niña con síndrome de Down en Esplugas de Llobregat, a quien no se ha permitido participar en un torno nacional de voleibol. Casos como éste de Laia son los que hay que exterminar desde las instituciones y el deporte de base. Y más en la infancia, dicen los promotores del «foothand». Díez lo asume y lo traslada al suyo: «No todo es el fútbol de elite, espectáculo y negocio, tiene que promoverse este fútbol de formación », observa.

San Miguel asiente. «El crío se siente el rey de la pista» y eso para un chaval con una movilidad reducida es casi como un regalo del que se ha visto privado. El «foothand» extiende el magnetismo del fútbol para que pueda tocarlo cualquier niño o adulto. «Lo importante es que cada uno juegue con las capacidades que tenga», dice su crador. El exseleccionador de fútbol Vicente del Bosque apadrina este proyec to.

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