La Cumbre del Clima se enturbia por el recorte de emisiones

Las reuniones en Madrid constataron la dificultad de llegar a un consenso

Plenario de este sábado Efe / Vídeo:30.000 personas se han movilizado en la Zona Verde

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Una pila de estiércol en la puerta del recinto ferial de Ifema. Esa fue la explícita valoración que dejaron ayer los activistas climáticos de Extinction Rebellion sobre la marcha de las negociaciones en la Cumbre del Clima, y el reflejo del ánimo que imperaba. Porque ya en su tiempo de prórroga, la presidencia no lograba dar con un texto que fuera aceptable para los casi 200 países presentes, el agotamiento se extendía y la reunión plenaria -donde debía votarse el posible texto final- era pospuesta y pospuesta hasta el amanecer.

El día no comenzó bien. Este año, el lema de la cumbre ha sido «tiempo de actuar». Un eslogan que se refería a la necesidad de que los gobiernos adquirieran el compromiso de recortar las emisiones de efecto invernadero y lo hicieran ya, o más tardar, en 2020. Pero el borrador hecho público ayer por la mañana solo «reiteraba la invitación» a que los países comuniquen sus planes de recortes y «animaba» a que sean lo más ambiciosos posible. Un lenguaje muy suave para lo que se pretendía lograr. «Estamos retrocediendo», criticó la enviada especial de islas Marshall, Tina Stege, en un bronco plenario. «Necesitamos más ambición», dijo el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans.

Las quejas fueron avalancha, también por parte de las organizaciones sociales que acuden en calidad de observadores, quienes pedían directamente que el texto fuera rechazado. «Este documento nos hace retroceder a la situación previa al Acuerdo de París», valoró Mohamed Adow, de la organización Christian Aid. «Es completamente inaceptable», dijo Jenifer Morgan, de Greenpeace.

Mercados

La presidencia de la cumbre se afanaba entonces en crear un nuevo texto con un «llamado general» a la ambición, según el coordinador chileno Andrés Landerretche. Ya entrada la madrugada, Chile le encargaba a la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, que supervisara las conversaciones y aseguraba que el nuevo texto incluía un llamamiento a la urgencia y a mejorar la ambición . «Ha sido difícil encontrar consenso», reconocía la chilena Carolina Schmidt.

Sobre la creación de los mercados de carbono, otro de los grandes puntos de fricción durante las negociaciones y que permitirán el comercio de emisiones entre países, también hubo nuevos textos. Al cierre de esta edición, la presidencia aseguraba que al menos una parte estaba muy avanzada.

Durante estas semanas, Australia, Brasil y Estados Unidos han estado bloqueando las negociaciones para la creación de un mercado de carbono con reglas claras y en el que piden que se incluyan los derechos adquiridos en años anteriores para emitir CO2 (generados bajo el protocolo de Kioto), mientras la Unión Europea y los pequeños estados insulares han insistido en lo contrario. Temen que se vea amenazada la «integridad ambiental» del planeta al permitir una mayor emisión de gases de efecto invernadero. A lo largo de esta cumbre, diferentes países (incluida la Unión Europea) han asegurado que si no se logran unas reglas claras o un buen acuerdo en este punto, es mejor que no haya acuerdo y posponerlo para el año que viene.

Al cansancio del maratón negociador se añadió de madrugada el malestar de algunas delegaciones. «En las últimas seis horas, el 90% de los países no han participado en el proceso», se quejaba el representante Papúa Nueva Guinea. Según denunciaron, conversaciones sobre financiación y los mercados de carbono se habían hecho con solo unos pocos países.

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