Los contagios por coronavirus se multiplican por diez en la India tras la Navidad

Con 400 fallecidos diarios, la mortalidad es todavía diez veces menor que durante la segunda ola en abril, pero se teme un aumento por ceremonias religiosas multitudinarias como la de estos días a orillas del Ganges en Prayagraj (Uttar Pradesh)

El aumento de los pacientes Covid ha llevado a improvisar un centro de atención en Chennai, India Efe
Pablo M. Díez

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Tras el pico de la pasada primavera, cuando faltó el oxígeno en los hospitales y llegaron a contabilizarse entre 4.000 y 5.000 muertos diarios en mayo, el coronavirus vuelve a cortar la respiración a la India . Desde la Navidad, que también es temporada alta para el turismo en este país hinduista, los contagios detectados se han multiplicado por diez en solo dos semanas. De los menos de 10.000 positivos diarios registrados antes de las fiestas navideñas se pasó a 22.775 el 31 de diciembre y, a partir de ahí, la curva no ha hecho más que escalar hasta los 271.202 del sábado.

Al igual que en el resto del mundo, detrás de esta nueva embestida parece estar la variante Ómicron , más contagiosa que las anteriores pero menos severa. Frente al ascenso disparado de los contagios, el número de fallecidos diarios viene oscilando entre 200 y 500 desde noviembre. Tras rebasar esa cifra el 4 de enero con 534 muertos, el viernes se contabilizaron 430. Aunque son números muy altos, están en línea con la tasa de letalidad que se registra desde finales de agosto y muy por debajo de la catástrofe que azotó a la India entre abril y junio del año pasado y en el verano de 2020, cuando sufrió su primera ola.

Pero, debido a la mayor contagiosidad de Ómicron, esta tercera oleada asusta en este país superpoblado y con tantas carencias sanitarias. Con el temor a que los contagios vuelvan a colapsar los hospitales y a disparar la mortalidad en las próximas semanas, las autoridades han vuelto a imponer restricciones en las ciudades más afectadas. Es el caso de Delhi, que registró 27.561 positivos el jueves y está bajo toque de queda nocturno los fines de semana, y de la capital financiera, Bombay (46.723), así como de los estados de Bengala Occidental (22.155), Karnataka (21.390) y Tamil Nadu (17.9234).

El guía turístico Vickey Dubei ABC

«Hace dos semanas paseábamos sin mascarilla y ahora no podemos ir después de las cuatro de la tarde a los ‘ghats’ (muelles) del Ganges », explica por videoconferencia Vicky Dubei, guía turístico de Varanasi (Benarés), en la provincia norteña de Uttar Pradesh. Esta ciudad sagrada, a la que cada año acuden millones de hindúes para purificarse o incinerar a los cadáveres de sus seres queridos en las aguas del Ganges, volvió a recuperar sus turistas nacionales en Navidad, pero ahora está vacía de nuevo. «Antes teníamos muchas ‘pujas’ (ceremonias religiosas) y cremaciones en los muelles del río, pero ahora solo puede asistir un número muy limitado de personas y la mayoría de restaurantes y hostales han cerrado porque los turistas indios han dejado de venir de repente. Además, tampoco hemos tenido viajeros extranjeros durante estos dos últimos años, que están siendo muy duros para quienes vivimos de este negocio», se lamenta Vickey Dubei.

Vacunado a sus 30 años con dos dosis de Covishield entre junio y septiembre, recuerda que «la situación fue terrible en abril y mayo, cuando fuimos confinados y los muelles estaban llenos de cuerpos para quemar». En ese pico de la pandemia se registraron entre 300.000 y 400.000 casos diarios y los hospitales se quedaron sin camas ni oxígeno, sufriendo una emergencia cuyas devastadoras imágenes dieron la vuelta al mundo. Con los crematorios también colapsados, las familias tuvieron que incinerar a las víctimas en plena calle .

«Ahora estamos un poco mejor que entonces porque el confinamiento fue muy duro, pero la economía se ha resentido mucho», se queja este joven guía turístico, que hace todo lo que puede «para sobrevivir». Para millones de indios que subsisten con ingresos muy bajos, la amenaza no es solo contagiarse, sino quedarse sin lo poco que ganan cada día para poder comer.

Esa segunda ola del coronavirus, que sacudió a la India cuando parecía que lo peor había pasado en el verano de 2020, fue propagada en gran parte por las multitudinarias ceremonias religiosas que tuvieron lugar desde principios del año pasado. Con cientos de miles de peregrinos, la mayoría sin mascarilla, dichos festivales extendieron el virus ante la pasividad de las autoridades, que prefirieron no imponer más restricciones por el tremendo impacto económico que habían tenido tras la llegada del Covid a la India a partir de la primavera de 2020.

Pero, como si nadie hubiera aprendido la lección, decenas de miles de peregrinos se congregaron este viernes a orillas del Ganges en otra ciudad de Uttar Pradesh, Prayagraj, para un baño sagrado en la fiesta de Makar Sankranti . A tenor de la BBC, el canal de televisión local ABP informó de que más del 70 por ciento de ellos iba sin mascarilla, lo que hace temer que se dispare el coronavirus en el populoso estado de Uttar Pradesh, con más de 200 millones de habitantes, y el resto del país.

Elecciones próximas

En abril del año pasado, la ciudad de Haridwar, en el vecino estado de Uttarakhand, acogió a millones de peregrinos en otra fiesta religiosa en plena segunda ola. A pesar de las críticas de entonces, las autoridades de Uttar Pradesh han decidido seguir adelante con este festival de Magh Mela en Prayagraj, sin duda para mantener al personal contento antes de las elecciones locales, que se celebrarán del 10 de febrero al 7 de marzo. Habrá que ver cómo están los contagios para entonces.

«Hemos puesto carteles recordando las precauciones , como usar mascarillas, y tenemos equipos que tomarán la temperatura y harán pruebas», aseguró al canal NDTV el responsable de seguridad del evento, Jai Kishan. Pero, según recogen los medios locales, ya hay al menos 77 policías y 12 limpiadores que han dado positivo.

Con elecciones en varios estados, las autoridades indias se encomiendan a la suerte confiando en que esta tercera ola sea menos mortífera que la anterior gracias a las vacunas. Desde hace justo un año, el 90 por ciento de sus 1.350 millones de habitantes han recibido una dosis y el 63 por ciento la pauta completa. Además, se ha anunciado la tercera dosis de refuerzo para los sanitarios y mayores de 60 años con enfermedades, pero está por ver si será suficiente para aplacar el azote de Ómicron. Junto a Estados Unidos y Brasil, la India es uno de los países más castigados por el coronavirus con 36 millones de contagiados hasta la fecha y 485.000 fallecidos contabilizados oficialmente, pero se sospecha que la cifra real es mucho mayor.

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