Biden exige a las empresas que impongan la obligatoriedad de la vacuna
Biden alabó a las compañías, instituciones y gobiernos locales que han exigido a sus empleados estar inmunizados
Las vacunas sobran en EE.UU. desde la pasada primavera pero los esfuerzos de Joe Biden por inmunizar a la mayoría de la población estadounidense siguen sin dar frutos. Su último intento es presionar a las empresas para que impongan la obligatoriedad de la vacuna a sus empleados.
Lo exigió este jueves desde Elk Grove Village (Illinois), una localidad industrial en las inmediaciones de Chicago: «Pido a las empresas que actúen», dijo el presidente de EE.UU. «Mi mensaje es: obligad a vuestros empleados a que se vacunen. Con vacunaciones, vamos a acabar por fin con esta pandemia. Sin ellas, nos enfrentamos a meses interminables de caos en los hospitales, daños a nuestra economía y ansiedad en las escuelas, restaurantes vacíos y mucho menos negocio».
La petición de las empresas es por algo que él no ha conseguido por sí mismo. Hace casi un mes, anunció un plan ambicioso de obligatoriedad de vacunas, que incluía a los funcionarios federales y sus contratistas, empleados de centros sanitarios con financiación federal y, sobre todo, plantillas de empresas con más de cien trabajadores.
Esto último, que afectaría a 80 millones de trabajadores -dos tercios de la fuerza laboral estadounidense-, todavía no se ha producido. Según la Casa Blanca, el Departamento de Trabajo está ultimando la redacción de la norma -se presentará «dentro de poco», dijo Biden-, que se enfrentará a mucha oposición. No solo pondrán el grito en el cielo de los activistas antivacuna , sino también ha provocado una reacción airada de buena parte de los republicanos, que ven los mandatos de vacunas como un atentado a la libertad individual (la obligación exige, en la mayoría de los casos, estar vacunado o someterse a test semanales).
Los fiscales generales de 24 estados con fuerte presencia republicana han advertido de que pelearán la obligatoriedad de Biden en los tribunales, en una guerra judicial que se podría extender durante meses y hacer descarrilar los planes del presidente para impulsar la vacunación antes de que llegue el invierno y un previsible nuevo aumento de casos.
«Sé que los mandatos de vacunas son una medicina dura. Son impopulares para algunos y otros los politizan. Pero salvan vidas », defendió Biden, que aseguró que desde que llegó a la presidencia ha hecho todo lo que ha podido para vacunar al país y que, aún así, mucha gente no se ha inmunizado.
Biden alabó a las empresas, instituciones y gobiernos locales que han impuesto la vacuna obligatoria a sus empleados. Entre ellos, United Airlines, que pasó en dos meses de tener el 59% de su plantilla vacunada al 99%, bajo riesgo de perder su empleo.
Hasta el momento, unas 3.500 empresas, organizaciones o universidades han impuesto la vacuna . La última de gran tamaño en hacerlo, esta misma semana, ha sido IBM.
«Tenemos un plan, tenemos las herramientas», dijo Biden. «Las estamos usando y estamos progresando. Solo tenemos que acabar el trabajo», añadió el presidente, aunque eso parece todavía muy lejos. Además de la vacunación de los reacios, el presidente de EE.UU. tiene por delante el impulso de las dosis de refuerzo -con menos aceptación que la pauta completa y contra el criterio de parte de la comunidad científica- o la ampliación de la vacunación a los más pequeños. Biden habló desde Illinois el mismo día en que Pfizer/BioNTech anunció la solicitud para la autorización de su vacuna para menores de entre 5 y 12 años.
