Obituario

Triana llora la muerte de Ángel Berral Rivas, dueño de la tienda de motos de la calle Pureza

El barrio, a través de las redes sociales, despide a un trianero que convirtió su pequeño taller en un negocio próspero junto a la Esperanza

Ángel Berral, propietario de la tienda de motos de la calle Pureza ABC

Javier Macías

Triana despide este martes a Ángel Berral Rivas , una institución en el arrabal, que falleció en Sevilla el pasado día 15 . Berral era tan antiguo como el nombre de Pureza . Montó su primer taller en el Altozano junto a su hermano. Luego se trasladó al final de la calle Larga, donde comenzó en un local pequeño donde arreglaba las bicis a los niños del barrio y las vespas a los mayores . Y fue creciendo y ampliando el negocio hasta venderle las motos a media Triana .

A Ángel le conocía todo el mundo. Era un joven de 80 años , vitalista hasta el punto de que nadie podría adivinar su edad viéndole su aspecto. Y eso que la vida no le trató bien, porque este trianero al que llora hoy todo el arrabal perdió a dos hijos demasiado jóvenes .

Ese espíritu le llevó a prosperar con un negocio que montó al lado de donde vive la Esperanza , la Virgen a la que rezó y hermandad de la que fue hermano. Así lo recuerda Sergio Sopeña , el que lleva ahora la vara dorada de la cofradía: «Era una persona de mucha simpatía, un hombre cercano y afable».

Vendía también prendas deportivas porque su vida también estaba en los campos de fútbol . Jugó como aficionado y era sevillista de los de carné. Vamos, que casi que lo llevaba en el DNI después del apellido. Cadaval, el de Los Morancos , lo bautizó como de su familia también. Así le han recordado los humoristas en su perfil de Twitter: «Nuestro amigo Ángel nos ha dejado el corazón roto. Te queremos mucho Berral Cadaval».

«El mundo sin ti va a ser muy aburrido, nos ha dejado una de las personas más especiales de Sevilla», afirma su amiga, la abogada María Laffite .

Ángel Berral Rivas fue tan trianero que su funeral se tenía que celebrar en la catedral del arrabal, la parroquia de Santa Ana. Allí lo despedirán sus amigos y vecinos de toda una vida, su mujer Concepción García, sus hijos Ester, Concha, Ángel, Tamara, María y Gema. Sus nietos, sus hijos políticos... Una estirpe cuyo apellido quedará grabado junto al letrero de «Pureza»: Motos Berral.

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