Sevilla

El proyecto de rehabilitación del viejo mercado de la Puerta de la Carne vuelve a estar parado

Los sobrecostes (de 4,5 millones a 11) y cambios con respecto al diseño inicial obligan a detener la tramitación en Urbanismo para el «ajuste técnico y legal» del mercado gourmet

Trabajos que se realizaron hace unos meses en el antiguo mercado Vanessa Gómez

Eduardo Barba

El antiguo mercado de la Puerta de la Carne está maldito. El edificio racionalista permanece cerrado y sin uso desde hace más de 20 años y lleva los últimos tres en los trámites para la puesta en marcha del anunciado mercado gourmet y espacio cultural. Pero cuando parecía que ese nuevo plan para reformar el edificio despegaba, la iniciativa se ha frenado y las obras se han vuelto a parar después de las primeras labores de limpieza, afianzamiento y las pertinentes catas arqueológicas (en las que se halló un matadero del siglo XV). El flamante proyecto gourmet junto al puente de San Bernardo está oficialmente parado. Se trata de uno de los proyectos estrella del gobierno local del socialista Juan Espadas , que no termina de encarrilar este asunto pese a que lleva cinco años con el mismo entre manos.

El pasado verano, la UTE Mercado Puerta de la Carne , encargada de esta iniciativa urbanística, entregó un modificado del proyecto inicial a los técnicos, visado por el Colegio de Arquitectos, y ya sólo quedaba que la Gerencia de Urbanismo diera el permiso para reactivar las obras, que estaban paralizadas precisamente por las catas arqueológicas. Pero el Ayuntamiento tiene desde entonces la tramitación «en observación» porque ya es casi imposible compaginar el proyecto actual (con todos sus modificados) con los pliegos técnicos que originariamente se expusieron para las empresas que estuviesen interesadas. Legalmente, este aspecto tiene su importancia, ya que cualquiera de las constructoras que pudieron optar al proyecto y quedaron fuera por no poder ajustarse a los requisitos de los pliegos podrían ahora reclamar al haberse variado tanto el diseño escogido con respecto a esas bases, que eran de obligatorio cumplimiento para todos, como es lógico.

De hecho, fuentes municipales han confirmado a ABC que, a pesar de que los elementos técnicos «son viables», tienen que «analizar bien algunas cuestiones que han variado» , como las pantallas de hormigón armado que se van a instalar en el subsuelo para salvar el nivel de las aguas freáticas, los dos niveles de sótano previstos y, además, los «elementos jurídicos y económicos que conlleva esta concesión administrativa para evitar cualquier conflicto legal».

«A la espera»

Los promotores, por su lado, han tenido que aumentar el presupuesto que originariamente estaba establecido, que era de 4,5 millones, hasta acercarse ya a los 11 millones de euros y casi triplicar la cuenta inicial tanto por las catas arqueológicas y la aparición de restos que hay que poner en valor como por la presencia de aguas freáticas. Los modificados sobre el proyecto base y la inclusión de hasta dos sótanos han cambiado el panorama tanto en lo técnico como en lo económico. Fuentes de la obra apuntaron que se mantienen «a la espera» de que la Gerencia de Urbanismo concluya las revisiones que está efectuando para ajustar el proyecto a la nueva realidad, pero lo cierto es que los trabajos se pararon hace ya varios meses de manera efectiva. El retraso, eso sí, no tiene relación alguna con la polémica por la decena de melias situadas junto al edificio, los árboles que se van a retirar de la calle trasera al mercado para poder instalar las salidas de aires y que fue denunciado por asociaciones vecinales y ecologistas y Podemos.

El edificio lleva veinte años cerrado y en estado ruinoso. Lo primero que hizo el Ayuntamiento fue desescombrarlo y comprobar el estado de la edificación, que hacía necesario demoler y reconstruir, en orden a los informes técnicos del arquitecto Eduardo Martínez Moya. Tras un prolongado debate, fue autorizada la intervención aunque las excavaciones que debían realizarse revelaron que bajo el inmueble se encontraba el antiguo matadero de la época de los Reyes Católicos, hecho que obligó a modificar el proyecto original y se disparó el coste.

Fuentes municipales, con todo, apuntaron a este periódico que la previsión es resolver el atasco en la tramitación urbanística «aproximadamente en un mes» , de manera que los trabajos se pueden retomar por parte de la constructora, que «no ha abandonado la obra sino que se encuentra a la espera de los informes».

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