Educación
¿De qué se quejan los profesores?
Una encuesta de Csif revela que se consideran mal pagados y con exceso de tareas burocráticas; Estudian entre dos y ocho años para sacar la plaza
La mayoría de los profesores sevillanos se queja de que soporta una excesiva carga burocrática en su centro. Así lo revela una encuesta elaborada por el sector de educación de Csif durante el pasado mes de marzo. Según el estudio, al que ha tenido acceso ABC, más del 95 por ciento considera que tendría que dedicar más tiempo a la enseñanza en lugar de hacerlo a tareas burocráticas.
De hecho, el 52,4 por ciento de los encuestados protesta porque la carga burocrática es desproporcionada frente a un 42,8 por ciento que la califica como «intensa» y sólo un 2,3 por ciento que cree que es adecuada.
Esa respuesta enlaza directamente con la siguiente, según la cual, el 81,9 por ciento es de la opinión de que en los centros debería haber más personal de administración y servicios como monitores, ordenanzas o personal sanitario.
En este sentido, cuando se pregunta a los docentes qué personal creen más necesario contratar, aseguran por este orden: monitores en educación infantil y especial; administrativos, sanitarios y ordenanzas.
En cuanto a la forma de acceder al puesto de trabajo y los salarios, los docentes parecen no estar tampoco demasiado satisfechos. En primer lugar porque refleja que los docentes funcionarios estudian entre dos y ocho años de media para sacar la plaza en el proceso de oposición.
De hecho, los ya funcionarios de carrera han pasado por entre dos y cuatro procesos selectivos para sacar plaza. Y eso supone que la mayoría suele estar inmerso en el proceso de estudio de las oposiciones una media de entre cuatro y ocho años aproximadamente.
Es una cifra que se iguala o incluso se amplía en el caso de los docentes interinos que aún no han conseguido la ansiada plaza. Además, más de un 60 por ciento opina que su sueldo no es acorde con el puesto de trabajo que desempeña ya que más del 81 por ciento ha notado la pérdida de poder adquisitivo en los últimos años.
Los docentes reivindican en su mayoría que se desarrolle un Estatuto Docente como marco o fórmula jurídica que regule, además de los derechos y los deberes del profesorado, sus condiciones laborales. Además de la opinión mayoritaria del exceso de carga burocrática, creen que ello impide al profesor dedicar el tiempo deseado a la planificación y confección de las clases. Por ello, aseguran que el descontento es generalizado entre estos profesionales, al no sentirse valorados económicamente.
Con esos datos, desde Csif se quejan de la falta de personal de administración y servicios en estos centros para evitar que la carga caiga sobre ellos.
Según Daniel Bermúdez , presidente del sector de educación de Csif Sevilla y maestro, esto ocurre porque «los centros educativos, y sobre todo los colegios de Educación Infantil y Primaria, son las únicas dependencias de la Administración en las no se dota, ni se tiene pensado hacerlo, con el personal necesario».
Bermúdez no considera normal que en los colegios, salvo que el personal lo ponga el Ayuntamiento como ocurre en algunos centros de la capital hispalense, no haya nadie para abrir y cerrar la puerta a padres o proveedores que acudan a alguna gestión al centro. Porque, en numerosas ocasiones son los mismos maestros los que dejan de dar clase para abrir las puertas o hacer otras tareas ajenas a la enseñanza.’
«¿Se imaginan algún tipo de evento que tuviera lugar diariamente con un número de 300 a 600 niños sin ningún sanitario? Pues esto ocurre a diario en los colegios. Ni siquiera tenemos un enfermero», dice el maestro y sindicalista Daniel Bermúdez.
De hecho, según explica, en los centros apenas tienen personal de administración y servicios por lo que la sobrecarga de trabajo ajeno a su formación es «muy grande» para la mayoría de los docentes.
