AGRESIONES A SANITARIOS

¿Puede ser un chollo para el SAS que le peguen a un médico?

A un facultativo de Pino Montano le quitó 1.400 euros de sueldo y el agresor ha sido condenado a pagarle 45

Manifestación del personal del centro de salud en protesta por las agresiones Vanessa Gómez

AMALIA F.LÉRIDA

No sólo se tuvo que dar de baja mes y medio tras ser agredido en el ambulatorio de Pino Montano B y encima reclamarle al SAS los 1.400 euros que dejó de percibir de sueldo como si se tratara de una enfermedad común sino que ahora tiene que soportar cómo van a resarcirle de la paliza que recibió con 45 euros y una indemnización por responsabilidad civil de 582,4.

El facultativo que en noviembre de 2013 recibió una brutal agresión a manos de un grupo de personas de etnia gitana que exigían asistencia médica — otros profesionales sanitarios también fueron golpeados— ha conocido la sentencia que ha dictado el juzgado de Instrucción número 15 de Sevilla— y ve con estupor cómo los agresores han sido condenados al pago de una multa de tres euros durante 15 días uno de ellos, y los otros dos a la misma cantidad pero durante un mes.

«Si sumanos lo que le tienen que pagar y lo que ha dejado de percibir el compañero del SAS porque esa baja la considera una enfermedad común, o sea que lo común es que le peguen al médico, resulta que ha salido perdiendo dinero, encima», dice el director general de la Defensa Jurídica del Colegio de Médicos de Sevilla, José Manuel García Lezcano , quien agrega que dicho descuento ha sido confirmado por sentencia judicial.

Así las cosas, afirma que entiende que el «SAS no ponga más seguridad en los centros de asistencia sanitaria porque para ellos las palizas a los médicos pueden ser hasta una fuente de ahorro, ¡Vamos, un chollo!».

No es éste el único facultativo agredido en Pino Montano B. A un pediatra en otra ocasión le rompieron la nariz. Estuvo de baja 9 días y el SAS le quitó 700 euros del sueldo.

La conflictividad es frecuente en los puntos de urgencias y también se ha registrado en los ambulatorios de Amate El Greco y Alcosa.

El aumento de los recortes , la presión asistencial y la falta de medios humanos y materiales son directamente proporcional a la violencia que se genera en los centros salud, hospitales y hasta en los domicilios, cuando las ambulancias llegan tarde.

Las agresiones que sufren los médicos y todo el personal sanitario por parte de pacientes y familiares que quieren ser atendidos cuanto antes o no están conformes con el tratamiento que le prescribe el facultativo es uno de los caballos de batalla que tienen los profesionales de la sanidad pública que reclaman más vigilancia para poder desempeñar su trabajo.

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