Nueva normalidad Sevilla

El Alcázar recibe unas 800 visitas al día desde que abrió tras cerrar por el coronavirus

El 40 por ciento de los turistas proceden de fuera de Sevilla y empiezan a llegar extranjeros

Primer día de las visitas al Alcázar J.M.Serrano

Elena Martos

El Real Alcázar de Sevilla ha recibido más de 19.000 visitas desde el pasado 15 de junio, cuando reabrió sus puertas tras la clausura provocada por la pandemia de Covid-19. La reactivación del principal monumento de la ciudad, junto con la Catedral, ha sido muy lenta pues la afluencia apenas supera las 800 personas cada día, casi las mismas que pueden entrar a la hora, según la limitación de aforo. Ahora ese límite está en 250 por hora.

La actividad ha ido creciendo conforme llegaba julio y se levantaban las prohibiciones de movilidad, primero entre comunidades y después entre países. Sólo en la primera semana de julio han accedido al recinto palaciego 6.435 visitantes , apreciándose un cambio de tendencia, con un ligero aumento de las reservas.

Durante los primeros días de apertura, el 90 por ciento de las personas que recibía el Alcázar eran sevillanos. Sin embargo, ya en julio esa proporción se redujo hasta el 60 por ciento, con el otro 40 por ciento copado por viajeros de otras provincias andaluzas y españolas y algún extranjero, aunque son los menos.

La visita a este monumento ha cambiado por completo a causa de las medidas de seguridad para prevenir el contagio de coronavirus. Desde la entrada hasta el propio recorrido, las normas varían para garantizar esa distancia mínima. A la obligación del uso de las mascarilla en el interior se une el cierre de la taquilla presencial , con la única alternativa de compra de entradas por internet. Eso permite implantar el sistema de cita previa evitando las colas en la puerta y controlando en todo momento el aforo en su interior.

Otra de las novedades es la creación de un recorrido único sin paradas. Ésta sólo estarán permitidas en zonas abiertas como el Patio de la Montería y los jardines. Será allí donde los guías hagan las explicaciones de manera que no se produzcan cruces de personas y se eviten las aglomeraciones en los lugares más visitados que coinciden con el Palacio Mudéjar.

Tampoco habrá audioguías ni material informativo impreso. Todo será a través de dispositivos digitales como los móviles. Se colocarán códigos QR para ofrecer la información de cada estancia a fin de que el visitante no tenga que tocar nada. Para controlar que todas estas medidas se cumplen aumentará el equipo de vigilancia que pasa de 15 a 27 guardas de seguridad, uno por cada sala.

La visita el Alcázar es completa desde que volvió a abrir hace casi un mes, a excepción de las estancias estrechas en las que no es posible garantizar la seguridad mínima. Estas son el Cuarto Real Alto –decisión acordada con Patrimonio Nacional para la que es la residencia oficial del Rey durante su estancia en Sevilla–, los Baños de Doña María de Padilla y la Sala de la Justicia, así como el Semisótano del Palacio de Pedro I o el Jardín del Laberinto. Tampoco estará en servicio la cafetería que no abrirá sus puertas hasta mediados de este mes.

El recinto mantiene también toda su programación cultural durante el verano y otoño. Lógicamente, el calendario de las actividades se ha tenido que reprogramar aunque sin perder espectáculos, así como adaptarse a las exigencias sanitarias en cuanto a distanciamiento social entre las localidades.

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