Necrológicas

Muere Pepita Saltillo y se pone fin a una época

La marquesa viuda de Saltillo (1928-2018) vivió comprometida con su tiempo, asumiendo los vaivenes de la vida

María Josefa Sánchez-Dalp murió este lunes en Sevilla a los 90 años de edad ABC

Mario Niebla del Toro

La marquesa viuda de Saltillo (Sevilla, 1928) murió en silencio al amanecer de este pasado lunes a los pies de la Giralda de su ciudad a la que saludaba en el bostezo de la mañana desde hace años, décadas, épocas. María Josefa Sánchez-Dalp y de Leguina descansó para siempre en su casa donde vivía desde 1952, año en el que se casó con don José Lasso de la Vega y Marañón , marqués del Saltillo. Nació en la sevillana calle Monsalves en el ocaso de los felices años 20 «cuando Sevilla era Sevilla», como ella misma decía. Vivió mucho, muchos años, más de los noventa que cumplió este pasado agosto y que sus sobrinos y amigos le celebraron por sorpresa en junio con una fiesta en la que no paró de bailar.

Vivió con gran dignidad y comprometida con su tiempo , asumiendo de forma ejemplar los vaivenes de la vida. Una vida de grandes viajes y fiestas gozando de una estrecha amistad con destacados personajes de la aristocracia y la realeza europea. Amiga personal de la Reina Fabiola de los Belgas , tuvo como padrinos de boda a los Condes de Barcelona .

Pepita Saltillo , como se le conocía en sociedad, tuvo una vida que no fue ajena a la caridad. Importantísima labor fue la suya durante años como presidenta de la Cruz Roja Española en Sevilla, por deseo de su íntima y casi hermana amiga Cayetana Alba . Junto a la Cruz Roja , institución de la que recibió la Medalla de Oro; Nuevo Futuro le motivó muchos años por aquellos niños en riesgo de exclusión social, quizás con todo el cariño que no pudo depositar y ofrecer a los hijos que nunca pudo tener. Icónico su puesto «Las Canasteras» que atendía, junto a la Duquesa de Alba. «Yo ya lo he visto todo» , era una frase suya tan certera como su colección de joyas familiares, para aderezo de su impecable planta, y pictórica, ya que en las paredes de su imponente casa de la sevillanísima Plaza de la Virgen de los Reyes lucen aun obras de grandísimos artistas como Claudio Bravo o Romero Ressendi .

Era una gran señora por su vitalismo, simpatía, empatía, incombustible, personalidad arrolladora y esteta hasta el culmen. Daba gusto con su menuda figura verla pasear por las calles de Sevilla por lo impecable de su aspecto siempre. Era íntima amiga de la Duquesa de Alba . Vivió su puesta de largo en el Palacio de Las Dueñas y grandes momentos de la vida de la Grande de España y de tantos grandes como la boda de los propios Reyes de España en Grecia o la de Carmen Franco y Polo en El Pardo. Recordaba junto a Cayetana muchísimos grandes eventos y anécdotas con una prodigiosa memoria.

Apasionada de la fotografía, fueron muy famosos los bailes de debutantes que organizaba benéficos en la Casa de Pilatos , propiedad de la Casa Ducal de Medinaceli , trayendo a la capital andaluza a personajes mundiales como a los Príncipes de Liechtenstein, el Príncipe Rainiero y la Princesa Gracia de Mónaco o Jackie Kennedy . Era una gran organizadora de banquetes y con una precisión vaticana para el protocolo. Devota de la Virgen del Perpetuo Socorro, como sus padres y abuelos, tenía un gran fervor por la sevillana Santa Ángela de la Cruz . Sus hijas fueron las encargadas de prepararla para su último viaje al cielo de los grandes. Muere con ella una época, un fin de época.

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