URBANISMO

Inician catas arqueológicas para convertir el convento de San Agustín de Sevilla en un hotel

Los prestigiosos arquitectos Cruz y Ortiz dan el primer paso para recuperar este edificio del siglo XIII diez años después de la cesión

Claustro del antiguo convento agustino ABC

Elena Martos

El estudio de arquitectura Cruz y Ortiz ordena el primer movimiento de tierra en el convento de San Agustín una década después de que se hiciera con la cesión para construir un hotel de lujo. La intención no es empezar a poner ladrillos, sino llevar a cabo las prospecciones arqueológicas para ampliar la información sobre el terreno antes de retomar el proyecto. Hace apenas unos días que comenzaron los trabajos , que serán el punto de partida de un nuevo intento, el tercero ya que realizan estos dos profesionales de reconocido prestigio y galardonados internacionalmente.

Ambos estuvieron a punto de tirar la toalla tras los sucesivos varapalos y las dificultades para encontrar un nuevo socio inversor con la solvencia suficiente como afrontar esta monumental transformación. De hecho, llegaron a negociar la rescisión del contrato y la devolución de los 61.000 euros que abonaron al Ayuntamiento en concepto de canon por la cesión.

Fuentes del despacho de Cruz y Ortiz confirman a ABC que se sigue trabajando en el asunto y que se están llevando a cabo dichas catas, pero no ofrecen más detalles sobre la presencia de un posible inversor , condición imprescindible para seguir adelante. Sus responsables prefieren ser discretos hasta conocer los resultados de estas excavaciones, que se están llevando a cabo en la nave central de la antigua iglesia. El lugar es un páramo abandonado y el punto exacto en el que se podría construir un edificio de nueva planta si ningún hallazgo lo impide .

Para llevar a cabo esta actuación se elevó una propuesta de intervención a Cultura, que informó favorablemente. Además de conocer lo que esconde la tierra, las catas permitirán realizar análisis paramentales que permitan datar con certeza la antigüedad del convento, pues hay ciertas discrepancias sobre la fecha de su construcción.

Desde que los arquitectos sevillanos se interesaron por el viejo monasterio todo ha sido un rosario de desencuentros. La situación en la que se encuentra es de ruina absoluta, a excepción del refrectorio, que está cedido a la Hermandad del San Esteban . Las estancias que quedan por conservar son el claustro, varias galerías y una escalera monumental que no podrá cambiar de ubicación por su catalogación como Bien de Interés Cultural (BIC) .

Ubicación estratégica

El edificio, que aún mantiene los muros exteriores en pie, se sitúa en la manzana delimitada por la plaza de San Agustín y las calles Fray Alonso, Amador de los Ríos y Luis Montoto, auténtica milla de oro de la ciudad, a medio camino entre el Centro y Santa Justa. Sin embargo, la costosa inversión que conlleva su rehabilitación ha sido un escollo durante todo este tiempo. El último proyecto presentado por Cruz y Ortiz en 2014 recogía un desembolso de 25 millones de euros en su memoria económica. Con ellos pretendían recuperar los elementos que se pudieran conservar y levantar un edificio de ocho alturas, punto que fue rechazado por la Comisión Provincial de Patrimonio.

Fachada de Hernán Ruiz ABC

En el plan de conservación que redactó posteriormente la sociedad adjudicataria reducía la superficie de nueva construcción a seis plantas. Este edificio asomaría sobre el claustro, ocultando las actuales medianeras. También generó rechazo la intención de destinar la fachada de Hernán Ruiz , uno de los elementos más valiosos que todavía conserva el inmueble, a pieza de museo. Esta propuesta se conserva en este plan de conservación. Actualmente esta portada se encuentra desmontada sobre el suelo del claustro, expuesta a las inclemencias del tiempo y la erosión.

Abandono

El convento es uno de los treinta edificios estratégicos de la ciudad que el Ayuntamiento quiere rescatar del abandono y para los que daría facilidades para su revitalización. La propiedad llegó a manos municipales a finales de los ochenta , cuando se realizaron obras de consolidación y reparaciones de urgencia. Con anterioridad se habían llevado a cabo algunas catas arqueológicas sin un resultado destacado en cuanto a hallazgos, más allá de los sedimentos.

San Agustín ha tenido numerosos usos y transformaciones a lo largo de su historia. Antes de su cierre llegó a servir como fábrica de hierros, y posteriormente, la propiedad vendió a una inmobiliaria parte de la fachada que da a Amador de los Ríos, donde se ejecutó un complejo de viviendas de protección oficial. No fue hasta 1987 cuando el PGOU declaró la protección del antiguo convento , por lo que quedó descartada cualquier otra venta para su posterior demolición como había ocurrido con anterioridad. Desde entonces el edificio permanece cerrado y abandonado.

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