Estafa a una anciana: se apoderan de sus bienes, la maltratan y la envían a una residencia
Sus cuidadoras le impedían que la visitaran sus sobrinos, le sacaban el dinero y la obligaron a cambiar el testamento
Estafa a una anciana de Sevilla de más de 85 años de edad a la que sus supuestas cuidadoras le quitaron todo su dinero , le obligaron a cambiar el testamento, la pusieron en contra de sus sobrinos, la enviaron a una residencia y se quedaron con su piso. La Audiencia Provincial ha condenado a penas de dos años de prisión (una de año y medio y otra de seis meses) a los autores de tal atrocidad, Dolores, RR., Samara C.R. y Sergio O.M. como responsables de un delito de estafa y otro contra la integridad moral.
Según el relato de los hechos probados de la sentencia, dictada por la sección IV de la Audiencia Provincial de Sevilla, los tres acusadores conocían a su víctima, Ángeles G.C., nacida en 1929, y sabían que tenía un piso y una cuenta corriente con una importante cantidad de dinero por lo que a mediados del año 2014 decidieron «elaborar un plan para apoderarse de todos sus bienes».
Primero convencieron a los únicos familiares de la mujer, dos sobrinas hijas de un hermano fallecido, a los hijos de una de ellas y al padre de estos, para que una de las acusadas, Dolores fuera contratada como cuidadora, permaneciendo en el domicilio de ésta hasta enero de 2015.
Durante ese período de tiempo la convencieron con «distintas artimañas y falacias» de que sus familiares no la querían y que lo único que deseaban era su dinero. De tal manera que cuando dejaron de ser sus cuidadoras continuaron relacionándose con la anciana que ya comenzaba a presentar signos de «deterioro cognitivo» dada su avanzada edad pues tenía ya 86 años.
La obligaron a cancelar la cuenta en la que estaba autorizado uno de sus familiares y abrir otra de la que le extrajeron hasta 27.000 euros
Así consiguieron que la víctima llegara sentir «una especie de temor reverencial» con respecto a los inculpados hasta que la convencieron para que cancelara una cuenta corriente en la que estaba autorizado uno de los familiares y abriera otra en la que estarían autorizados los inculpados.
Así a partir de esa fecha Ángeles, que con anterioridad a los hechos solo sacaba de su cuenta 600 euros al mes, comenzó a realizar gran número de reintegros , bien en ventanilla acompañada de una de las acusadas o bien a través de la tarjeta en cajeros. Unos reintegros que, según la sentencia se quedaban los inculpados quienes, mediante ese método, llegaron a robarle hasta 27.000 euro s .
Pese a todo la anciana aún mantenía alguna relación con sus familiares quienes iban observando su progresivo deterioro y se daban cuenta de la «negativa influencia» que tenían sobre ella los inculpados . Un día uno de los sobrinos, Rogelio, se presentó en el domicilio y observó que la casa se encontraba prácticamente vacía de muebles ya que los acusados se habían apoderado de ellos y además el inmueble se encontraba «en malas condiciones higiénicas».
Los acusados, que se llevaron hasta los muebles de la casa, la humillaban y la tenían en situación de abandono
Según el relato de los hechos, los acusados habían comenzado a convivir con la anciana y la sometían a «constantes humillaciones y desprecios manteniendo la vivienda en pésimas condiciones higiénicas y en »franco abandono« a Ángeles, cuyo deterioro cognitivo aumentaba.
Luego, en febrero de 2017 los acusados trasladaron a su víctima a una residencia de ancianos en Dos Hermanas y luego la cambiaron a otra a Alcalá de Guadaira. Pero antes de eso lograron que fuera al notario y las nombrara herederas universales y les donara su propio piso. Así hasta que la mujer llamó asustada un día al timbre del piso de la vecina a la que le dijo que Sergio la había agredido.
Estafa y delito contra la integridad moral
Cuando la Policía llegó a la casa pudo comprobar que el estado de la vivienda era «deplorable, sin mobiliario y sucio» y que la anciana tenía un hematoma en la mejilla y ojo izquierdo que le habían causado los tres acusados. La mujer, que falleció en enero de 2018, tenía también un fondo de inversión valorado en 69.000 euros . Las investigaciones evidenciaron que lo acusados no dejaron ni un solo euro en las cuentas y productos financieros que tenía y que se habían quedado con el piso además de una tarjeta regalo del Corte Inglés. Los tres han sido condenados a dos penas, una de año y medio de prisión por un delito de estafa y nueve meses con multa diaria de 6 euros por un delito de estafa y otra de seis meses de prisión por un delito contra la integridad moral.
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