Darío Bernal Casasola: «El testaccio aparecido es el termómetro económico de la antigua Cádiz romana»

Ha sido la suya una de las revelaciones más impactantes del Congreso Internacional «Ex Baetica Amphorae II» celebrado en la Hispalense. En Cádiz existe un «Testaccio» de potentes proporciones frente a la Caleta y el barrio del Balón. Él lo ha investigado

Dario Bernal Casasola ÓSCAR CHAMORRO

Félix Machuca

Alguna vez, un catedrático como Genaro Chic me explicó Gades como una especie de Hong Kong, por su fuerza comercial.

Efectivamente, el puerto de Cádiz en época fenicio-púnica fue el más importante del Mediterráneo occidental, importancia que mantuvo hasta época romana altoimperial. En esa época, Cádiz era la capital de toda la costa andaluza.

Quizás uno de los rastros del pasado ímpetu emprendedor de Gades sea el «Testaccio halientico» que usted ha excavado frente a la Caleta.

Así es. El Testaccio halientico es el reflejo de la importancia de las pesquerías y de la industria del garum y las conservas, con las que Cádiz inundó las mesas más exigentes de todo el imperio.

Se habla que debió tener dimensiones descomunales aunque no tan poderosas como el Testaccio de Roma.

El yacimiento es de dimensiones descomunales, difíciles de determinar con precisión. El Testaccio romano tiene cuarenta metros de altura. El de Cádiz, tras excavar siete, creemos que llegaría aproximadamente a veinte.

Quizás deberíamos aclarar que el Testaccio romano y el gaditano no fueron otra cosa que vertederos, «puntos limpios» de la época donde se depositaban las ánforas tras su función comercial.

Así es. En realidad era un vertedero en el puerto de Cádiz resultado del trasiego comercial antes de que existiera el reciclaje. Carlos III fue el primer monarca que ordenó la retirada oficial de residuos. Y lo hizo en Madrid. Pocas veces imaginamos cómo debieron ser las ciudades antes de esa orden.

¿Por qué las ánforas del Testaccio romano llevan más información en su trazabilidad que estas de Gades?

Porque el comercio del aceite, tan importante en la Bética, estaba fiscalizado y controlado por el Estado romano. Por eso había tanta información registrada en los cuellos de las ánforas. Se indicaba el origen, el productor, el contenido, la procedencia y los agentes comerciales.

El material anfórico que nutría el vertedero gaditano era preferentemente vasijas de garum, pescados y escabeches. O sea, productos de la tierra con denominación de origen gadita. ¿Es así?

El noventa y cinco por ciento de las miles de ánforas aparecidas almacenaban atún en salazón y garum gaditanum. También hemos encontrado huesos de caballas, sardinas e incluso de cetáceos, hasta el punto de habernos encontrado parte de un esqueleto de ballena. Gracias a eso sabemos los peces que se comían y explotaban en la época.

No debía de ser muy agradable el olor de la ciudad cuando el levante arrastraba el fortísimo aroma de las ánforas pesqueras…

Los olores a los que estamos acostumbrados actualmente no se corresponden con los ambientes cotidianos de otras épocas. De todas formas hemos encontrado piñas y maderas resinosas de pinos con las que se quemaban los restos del pescado para aliviar el olor.

¿No aparecen ánforas de Hispalis, de Astigi, de Corduba?

También. Al igual que de Italia, Rodas o de la Tarraconense. Pero en porcentajes muy reducidos.

Lo que es evidente es que las ánforas del Testaccio gadirita no sirvieron para llevar las salsas y las conservas hasta otros puertos imperiales. ¿ Se cambiaban los envases antes del viaje por qué razón?

Cádiz es un puerto como Hispalis para el comercio de redistribución. Llegaban ánforas del entorno que se rellenaban y procesaban. Las que acabaron en el Testaccio fueron las que sufrieron daños en el proceso de elaboración del garum.

De no haber sido afectado por la expansión urbana del XVIII, ¿tendríamos ahora una secuencia muy fiable del comercio gadirita durante cerca de trescientos años?

El testaccio es un termómetro de la economía de la ciudad de Gades y habrá que estar atentos en solares del entorno donde seguro aparecen más restos en el futuro.

Estoy seguro que El Selu le saca punta a todo esto…

(Risas) Se lo aseguro. Como también le adelanto que la Universidad de Cádiz ha conservado una parte del mismo en la cripta arqueólogica del Olivillo, que podrá ser visitada en el futuro.

En cualquier caso parece que la conexión entre Hispalis y Gades a través de la autopista fluvial del Betis hizo que ambas ciudades fueran complementarias comercialmente. ¿O no?

Se complementaban y yo diría que las dos fueron en época romana de los diez puertos más importantes del Mediterráneo occidental. Sevilla por el aceite y Cádiz por el garum.

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