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SANOS CONSEJOS

Una buena salud ocular es clave para el aprendizaje

El inicio del curso escolar es el mejor momento para una revisión de la vista. Los problemas oculares pueden afectar al rendimiento académico del niño

07.10.13 - 08:38 -
Una buena salud ocular es clave para el aprendizaje

Aunque muchas veces el niño no da signo alguno de alarma ni se queja, el motivo de que sea ‘clasificado’ como poco trabajador, poco constante, de fácil distracción y con bajo rendimiento escolar puede ocultar, en ocasiones, alguna afección visual que no permite al pequeño llevar a cabo sus tareas, por lo que debe ser explorado por el oftalmólogo.

«El diagnóstico y el tratamiento precoz de estas alteraciones resulta trascendental, pues algunos defectos visuales únicamente son reversibles durante los primeros años de la infancia», afirma la doctora Ainhoa Martínez Grau, de la Unidad de Motilidad Ocular y Visión Binocular del Centro de Oftalmología Barraquer.

«Los niños, sobre los 7 años de edad, alcanzan una visión que permite ver objetos de lejos y de cerca. La motilidad ocular coordinada de los dos ojos facilita seguir un objeto, converger en un punto próximo y volver al paralelismo para observar otro alejado. Este proceso nos permite aprender a diferenciar distancias, colores y cambios de contraste», explica.

La revisión por partes

El neonatólogo (o el pediatra) es el responsable de la exploración del recién nacido y de su inmediata evolución. Los educadores y pedagogos pueden ser de gran ayuda para detectar problemas en estas tempranas edades.

El oftalmólogo debe realizar ineludiblemente una exploración a los tres años, aunque no haya ningún síntoma, y otra a los cinco/seis años, antes de la maduración del sistema visual.

En los recién nacidos y lactantes los síntomas y signos que deben llamarnos la atención son: pupila de color blanco, tendencia a torcer los ojos ymovimientos rápidos y rítmicos de los mismos. «Cuando el niño ya es algomayor, los síntomas más frecuentes son guiñar un ojo, enrojecimiento ocular, tortícolis y dolor de cabeza al final del día, señales éstas que pueden manifestarse como dificultades en la lectura y en la comprensión, así como en un correcto seguimiento escolar», agrega.

En el examen oftalmológico, se debe medir la agudeza visual del niño y descartar cualquier miopía, hipermetropía y/o astigmatismo. También se debe revisar el paralelismo de los ojos, para descartar un estrabismo, la convergencia y la visión binocular.

En los más pequeños, también hay que descartar la existencia de una ptosis palpebral (párpado caído) que pudiera impedir un desarrollo normal de la visión del ojo.

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