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CURARSE EN LA MESA

Bocadillos, un ‘fast food’ saludable

De atún con pimientos, de sardinillas o el típico matrimonio de boquerones con anchoas. Comer rápido es algo que en la sociedad en la que vivimos nos vemos obligados a hacer muchas veces, pero no por ello tenemos que renunciar a la salud. Los bocatas, sanos, sanos

19.08.13 - 08:24 -
Bocadillos, un ‘fast food’ saludable
Un bocadillo bajo en grasas, un zumo de naranja y un yogur componen un menú rápido y saludable.

En España tenemos una excelente alternativa a las hamburguesas y el ‘fast food’ importado: los bocatas de siempre.

Bocadillos, pepitos, tostas, montaditos, etcétera, son una alternativa más sana y natural, siempre y cuando cuidemos el resto de las comidas del día y no abusemos de esta alternativa rápida. «Si cuidamos de que esos bocadillos tengan su parte de proteínas (de carne o pescado) ya tenemos un alimento bueno y completo», afirma la doctora María Sáinz, jefa de la Unidad de Promoción y Educación para la Salud del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y presidenta de Fundadeps (Fundación de Educación para la Salud).

Ahora que se está incidiendo en lo saludable que es comer pescado, aunque sea en conserva, «ya que se debe consumir con cierta asiduidad todos esos productos ricos en Omega-3», señala Sáinz, parece llegado el momento de recuperar aquellos bocadillos de sardinillas, de atún o bonito con pimientos o de boquerones con anchoas.

Pescado en conserva

«Todo lo que sea pescado azul no tiene que ser únicamente fresco. Los que se venden en conserva son una buena y rápida opción para llevar una dieta equilibrada y saludable, ya que también aportan las proteínas adecuadas y los ácidos grasos recomendables que funcionan como cardioprotectores», explica la experta.

Hay también que tener en cuenta que en la mayoría de este tipo de bocatas se suele incorporar una verdura que aporta esa parte de las vitaminas que también necesita nuestra dieta diaria: «Amén de la fibra de algunas tan comunes como los tomates o los pimientos».

A la hora de acompañar estos manjares con una guarnición podemos consumir una rica ensalada, aliñada discretamente, o unas patatas, ya que sus hidratos son muy buenos y además se queman muy rápidamente, pero hay que vigilar la forma en la que estén preparadas: «Es preferible mil veces una patata cocida o asada en la que únicamente tomamos lo más propio y natural de ese alimento, que las fritas, que además de aportar muchas calorías a veces pueden estar cocinadas con aceites ya usados varias veces, de refrito, algo que no es recomendable», matiza la presidenta de Fundadeps.

Si tanto una ensalada como unas patatas son acompañadas de alguna salsa esta debe servirse en poca cantidad y no ‘bañadas’. No todo depende de los alimentos, tal y como afirma Sáinz: «Como doctora en Medicina Preventiva yo siempre aconsejo que pensemos antes qué comemos, que nos movamos después de hacerlo para quemar lo que nos sobra y que atendamos a con quién nos relacionamos en las comidas.

A veces, el ‘fast food’ tiene mala prensa también porque es una comida rápida que hacemos solos, cuando lo mejor es almorzar con amigos porque, entre otras cosas, evita que comamos más de la cuenta», afirma la doctora que también aconseja comer en vasos y platos pequeños.

En resumen: qué comes, cómo te mueves y con quién te relacionas son tres líneas básicas para mantener una buena salud.

Beber leche con la comida no es infantil

Aunque lo que es insustituible es el agua (o una infusión en su defecto), beber leche es una opción que la experta aconseja: «La leche en los adolescentes, en las mujeres, sobre todo en las embarazadas, y en las personas mayores es básica. Y si no es leche, sus derivados.

Además, es muy saciante y podría completar tanto como un postre». Las bebidas azucaradas deben tomarse como algo excepcional y siempre es mejor sustituirlas por un zumo natural, por ejemplo de naranja, algo que también puede servir como postre y complemento perfecto a un aporte equilibrado de nutrientes.

«Pero para una buena digestión yo sí que recomiendo que mejor que un zumo como postre se coma la pieza de fruta, en este caso la naranja, porque en ella va la parte digestiva que aporta fibra —necesaria en todas las comidas— además del zumo con sus vitaminas», aconseja la doctora Sáinz.

Para aquellos a los que no les guste la fruta fresca, y que por tanto no consumen las cinco piezas recomendadas diarias (a pesar de ser unos tentempiés perfectos para llevar al trabajo, en el bolso o allá donde se vaya) una solución está en la fruta en conserva: «Con ellas también se tienen los aportes de minerales y vitaminas».

Si aun así no hay manera, los derivados de la leche son la mejor opción, con yogures que además pueden ser bajos en grasas, o con trocitos de queso, fáciles de digerir, que con dulces como el de membrillo son una exquisitez.

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