Son incapaces de identificar las emociones que experimentan y expresarlas verbalmente. Esas son las consecuencias de padecer alexitimia, un trastorno neurológico que, según los últimos estudios realizados por Sociedad Española de Neurología (SEN), afecta al manos al 10 por ciento de la población mundial.
«Si se nace con alguna una anomalía en zonas cerebrales que se encargan de analizar y formular las emociones, o se produce alguna lesión o disfunción que interrumpa el circuito de conexión entre estructuras, se puede generar esta imposibilidad de verbalizar e identificar sentimientos”, explica el profesor Pablo Duque San Juan, coordinador de la Sección de Neuropsicología de la SEN.
Dos tipos
No todos los pacientes presentan el mismo grado de afectación, por lo que es importante establecer una distinción entre la alexitimia primaria y la secundaria.
-Alexitimia primaria: producida porque las estructuras neurológicas vinculadas con las emociones están dañadas.
Esta puede ser fruto de factores hereditarios, y en ese caso es común que comience a manifestarse en los primeros años de la infancia. Pero también puede desarrollarse como consecuencia del propio desarrollo de alguna enfermedad neurológica.
Traumatismos craneales, ictus o tumores cerebrales suelen ser las causas más frecuentes de alexitimia primaria adquirida, aunque también otras muchas enfermedades neurológicas. Así, por ejemplo, la esclerosis múltiple es un tipo de enfermedad que, en ocasiones, cursa con alexitimia.
«Hay investigaciones que indican que estos pacientes, por la dificultad que manifiestan para expresar las emociones, pueden aumentar su frecuencia de brotes”, señala Duque San Juan.
-Alexitimia secundaria: se produce como consecuencia de un trauma emocional grave o por un desorden en el aprendizaje emocional.
Parkinson
Esta incapacidad para expresar las emociones de la que hablamos también puede ser un síntoma temprano de la enfermedad de Parkinson (EP).
Estudios recientes señalan que la alexitimia puede anteceder a los característicos problemas motores de la EP e incluso apuntan a una prevalencia de este trastorno en el 21% de los pacientes en tratamiento.
La importancia de las emociones
Más allá de que seamos o no capaces de amar, hay que saber que las emociones influyen muchísimo en la atención, la memoria y el racionamiento.
«Cuando no somos capaces de reconocer nuestras emociones, ni de interpretarlas, no podemos utilizar una información que es muy valiosa, lo que hace que sea mucho más complicado tomar decisiones y crear vínculos sociales. Los trastornos emocionales en general tienen que ser abordados para que los pacientes puedan llevar una vida más placentera, con más calidad”, explica el profesor.
