Cristiano asume que no puede jugarlo todo

Tiene treinta años y quiere extender su carrera al menos otros cinco al máximo nivel. Se cuida como solo como su amigo Raúl puede explicar para mantener esa textura de atleta dedicado al fútbol. Ronaldo asume que no puede jugarlo todo si quiere rendir bien y conseguir títulos. Hace dieciocho meses llegó a la final de la Champions destrozado. Al «sesenta por ciento», reconocían quines trabajaban cerca de él. En las dos campañas anteriores disputó las semifinales y los cuartos de final de la Copa de Europa mermado físicamente. Eso no puede repetirse. Benítez le quiere al cien por cien en abril y mayo. El técnico del Real Madrid ha patentado la frase de Luis para definir cómo deben llegar sus hombres al momento clave de la temporada: «Todo se decide en los diez partidos finales».

Asegura que «no me temblará la mano para quitar a Cristiano» y graduar sus esfuerzos. Lo hará. El Balón de Oro ya ha comenzado a hacerlo.

El mejor jugador del mundo se descartó hace seis días en el segundo partido de Portugal, una vez que clasificó a su país para la Eurocopa 2016. Su seleccionador, Fernando Santos, advirtió que «a Cristiano no le gusta quedarse en el banquillo, es mejor darle descanso». Benítez también programa el asueto de la estrella.

Hoy podría ser relevado en el segundo tiempo si el resultado frente al Levante lo permite, con vistas al compromiso de Champions frente al PSG. Pero el responsable del equipo planifica especialmente el reparto de esfuezos del luso a partir de noviembre.

Rotar en siete partidos

El hombre que heredó el «siete» de Raúl en 2010 no jugará la eliminatoria copera contra el Cádiz. Tampoco lo hará en siguientes rondas si el rival no es peligroso. Y su entrenador tiene previsto no alinearle o darle solo medio tiempo en las jornadas ligueras precedentes a los grandes enfrentamientos de Copa de Europa, salvo que esos encuentros de Liga sean ante adversarios potentes.

El objetivo es que el Bota de Oro rote en siete u ocho partidos, lo que significará siete semanas sin acumular dos partidos completos en sus piernas.

Lo que Benítez desea es evitar el descenso de rendimiento que el portugués tuvo en los meses de enero y febrero pasados. El Atlético derrotó al Real Madrid en la Copa y en la Liga, resultados que marcaron el desenlace del curso anterior.

El 2 de febrero del año pasado se produjo otra situación anómala que el club blanco valoró por el flanco positivo. El portugués fue expulsado en San Mamés y le endosaron tres encuentros de sanción. «No hay mal que por bien no venga», decía la entidad. «Aunque el castigo sea injusto al menos descansará». El tendón rotuliano de Ronaldo se quejaba. El Madrid ganó los tres partidos siguientes con Jesé.

Ahora, el técnico desea que Cristiano no llegue a exprimir sus límites físicos y vuelvan a resurgir los dolores. Su ambición por las plusmarcas de goles le ha pasado habitualmente factura. Ya ha cazado a Raúl como máximo artillero de la historia de la entidad. No necesita disputar todos los minutos de la Liga. Quiere ampliar su récord de 82 tantos en la Champions y jugará la competición europea siempre que haga falta. Pero Benítez ha marcado sus prioridades, que son las de los dirigentes: ganar la Liga y la Champions. El «siete» corrobora que hacen falta más títulos. Debe estar en buenas condiciones en los momentos definitivos.

Los números son indiscutibles. En la temporada 2009-10 jugó 3.009 minutos. Cristiano sumó esa cifra en su primera campaña, lastrado por una lesión. Disputó 35 partidos y marcó 33 goles. En la campaña 2010-11 acumuló 4.712 minutos. Fue una campaña fue de enorme desgaste para el luso, con el título de Copa en Mestalla gracias a su gol de cabeza. Sumó 54 partidos y 53 tantos.

El curso 2011-12 lo acabó con 4.880 minutos en sus piernas. Alcanzó su marca personal, con 60 dianas en 55 encuentros. Ganó la Liga y la Supercopa de España. Acusó el cansancio en la Champions. Fue semifinalista. En la siguiente temporada, 2012-13, compitió 4.605 minutos en cincuenta y cinco partidos, con cincuenta y cinco goles, un promedio de uno por encuentro. Su ansia por jugarlo todo lo pagó en la Copa de Europa. Cayó también en las semifinales.

En la campaña 2013-14 se quedó en 4.065 minutos, dolorido por su tendón rotuliano. Con 47 partidos y 51 goles, se perdió el éxito en la final de Copa. Ganó la Champions mermado físicamente en Lisboa. En la temporada anterior, 2014-15, llegó a los 4.804 minutos. Ganó la Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Jugó 54 partidos y anotó 61 goles, récord individual. Acusó el cansancio en enero y febrero de este año.

Ahora, en la campaña 2015-16, lleva nueve partidos, todos, y diez tantos. Siete jornadas de Liga (cinco dianas) y dos de Champions (otras cinco). No puede continuar a este ritmo todo el curso.