El calendario pone a prueba al Real Madrid de Benítez

Si se mira el vaso medio lleno, se podría decir que el Real Madrid de Benítez evoluciona favorablemente, a pesar de las numerosas e importantes lesiones que han zancadilleado al nuevo técnico blanco. El libro de estilo de Rafa no tiene nada que ver con el de Ancelotti, por lo que estar invicto, con los mismos puntos que el Barcelona, dos por encima que el Atlético y a solo uno del liderato, no parecen unos números tan decepcionantes como algunos quieren hacer ver. «Todo nuevo proyecto necesita tiempo», como repite una y otra vez Benítez.

Ahora bien, si se mira el vaso medio vacío, está claro que su Real Madrid está desaprovechando una inmejorable oportunidad. Con un calendario bastante más cariñoso que el del Barça y con Messi e Iniesta lesionados, los blancos no han sido capaces de tomar una cierta distancia respecto a los de Luis Enrique, que ahora ven como el calcetín se da la vuelta.

En las próximas tres semanas, antes del nuevo parón de selecciones que precederá al clásico del 21 de noviembre, el Real Madrid debe afrontar una serie de partidos de bastante mayor calado que los del Barcelona.

«Hay que jugar cada encuentro al máximo nivel sin mirar lo que hagan los demás rivales» pregona Rafa Benítez de puertas para afuera cuando se le cuestiona sobre el poco provecho sacado al dubitativo inicio de Liga del Barça, que ya acumula dos derrotas en las escasas siete jornadas de campeonato disputadas. Balaídos y el Sánchez Pizjuán vieron hincar la rodilla a los de Luis Enrique, precisamente dos de los campos que debe visitar el Madrid en las próximas tres semanas, y que en los últimos años también les han generado disgustos serios. Sin ir más lejos, hace dos temporadas, con Ancelotti en el banquillo, los blancos se dejaron tres cuartos de Liga contra el Sevilla (2-1) y el otro restante frente al Celta (2-0) en dos derrotas claves en el tramo final de aquel campeonato.

Ahora la situación es distinta. La Liga no se va a ganar ni a perder en ninguno de esos dos encuentros, aún es muy temprano, pero sí subrayará con trazo grueso el devenir a medio plazo del Real Madrid, metido en un mar de dudas desde su cicatero empate en el Calderón que tanta polvareda levantó alrededor de Benítez.

Mientras, al otro lado del puente aéreo, a excepción de la visita del Villarreal el 8 de noviembre, el Barcelona tiene partidos bastante más asequibles que el Real Madrid.

Amenaza francesa

Tampoco en Champions el calendario le va a dar un respiro al diez veces campeón de Europa. El doble enfrentamiento contra el PSG definirá el puesto al que el Real Madrid accederá a octavos. Los galos, a pesar de toparse año tras año con el muro de cuartos, son siempre un equipo rocoso y complicado de batir. De hecho, la pasada temporada ya estuvieron muy cerca de pasar como primeros de su grupo y dejar al Barça como segundo, por lo que se presume un duelo de mucho desgaste para los de Benítez, con todo lo que ello puede influir en sus complicados encuentros de Liga. E igual que sucede en la competición nacional, el Barcelona sí que tiene argumentos de sobra para sonreír: su dos encuentros contra el BATE Borisov, la cenicienta de su grupo, serán dos oportunidades de oro para sentenciar su pase a las eliminatorias y apuntalar la primera plaza de su grupo. El largo viaje a Bielorrusia es el único y benévolo escollo europeo de los azulgranas antes del clásico del 21-N.

Y mientras Benítez y su equipo preparan con escuadra y cartabón este complicado tramo que se les avecina, el virus FIFA no deja de traerle malas noticias. A Carvajal, Pepe, James y Benzema, ahora se les ha unido Modric, que de nuevo ha vuelto a venir lesionado de su selección. Por suerte, su dolencia no es grave pero sí lo suficiente para que Luka vaya a estar de dos a tres semanas de baja por un problema en los aductores del muslo derecho. Se pierde seguro la visita a Balaídos y al Parque de los Príncipes, además de los encuentros ante el Levante y Las Palmas. Se le espera contra el PSG en el Bernabéu. Solo Danilo y Sergio Ramos, que ayer ya se entrenaron con el grupo, dan un mínimo respiro a una enfermería con excedente, justo cuando amanece el primer periodo exigente de la era Benítez.