INDUSTRIA

El último suspiro de La Ibense

La plantilla pelea por el pago de los atrasos y las indemnizaciones por cierre, mientras que el grupo Sainberg, actual propietario de la firma, sigue dando largas

La mítica heladería gaditana, con 130 años de historia, muere sumida en una deuda de 12 millones de euros y sin nadie que la quiera

Los trabajadores de La Ibense han celebrado este miércoles una asamblea en la factoría J. R.

JAVIER RODRÍGUEZ

JEREZ

La plantilla de la mítica heladería La Ibense no está para fiestas. La empresa de helados más antigua de España, alumbrada en Sanlúcar de Barrameda en 1892 por la familia Bornay, ha muerto y se trabaja ahora en su liquidación. El grupo inversor que se hizo cargo de la empresa en 2015, Saimberg, presentó a finales del pasado noviembre un ERE extintivo para la totalidad de sus 52 trabajadores. Desde entonces, la lucha de los empleados ha sido titánica por conseguir, por un lado, el reintegro de las nóminas por los seis meses que llevan sin cobrar y, por otro, las indemnizaciones por cierre. Este proceso es clave para poder optar al subsidio de paro. La empresa ha tensado la cuerda y se desentiende, por ahora, de estas obligaciones. Mientras tanto, los portavoces sindicales de la plantilla negocian una salida digna.

El centro de producción, que se encuentra en el Parque Científico Tecnológico Agroindustrial de Jerez (PTA), próximo al aeropuerto, parece una factoría fantasma. Las máquinas dejaron de producir en junio, aunque el mantenimiento de las mismas es impecable.

El medio centenar de trabajadores de La Ibense se ha reunido este miércoles en asamblea en el interior de la planta para definir la estrategia a seguir durante los próximos días y poder llevar a la compañía hacia un entendimiento económico. Todos coinciden en señalar que este grupo inversor ha sido el que ha llevado a la ruina a La Ibense por una «mala gestión». De hecho, se hizo con la empresa a bajo precio aprovechando que estaba en concurso de acreedores y ahora suma una deuda superior a los 12 millones de euros.

Sainberg La Ibense, nombre actual de la empresa, es heredera de La Ibense Bornay, fundada en Sanlúcar en 1892 y considerada la heladería más antigua de nuestro país. El nombre comercial de la compañía pasó hace tres años a llamarse La Ibense 1892.

La mítica firma heladera anunció en 2009 el traslado de Sanlúcar a Jerez de su centro de producción, que abastecía a todas las heladerías. Los Bornay inauguraron entonces unas modernas instalaciones en el Parque Tecnológico jerezano, donde ha operado hasta la actualidad. Este centro tiene capacidad para producir 30 millones de litros anuales de helado Algunos de los empleados afectados, que trabajaban desde la etapa sanluqueña, argumentan que el cambio de localización implicó también una permuta en el modelo de gestión que a medio plazo ha terminado por pasar factura con el cierre de la empresa. Esta operación de traslado efectuada entonces por la familia Bornay fue quizás el origen de la tragedia. La empresa entró en concurso de acreedores, aunque nunca dejó de producir dulces y helados.

En 2015, La Ibense fue adquirida por la empresa Sainberg, un grupo inversor que inició un plan de expansión comercial que le permitió introducir sus reputados productos en grandes centros comerciales e incluso abrir su primer establecimiento en Madrid. Hasta entonces, la compañía distribuía su producción a pequeñas y grandes firmas de repostería, sin embargo, los nuevos gestares se centraron en las grandes superficies, lo que, según algunas fuentes, redujo la capacidad de ingreso-beneficio debido a los estrechos márgenes con los que se trabajaba. El grupo inversor Sainberg Investments SL está formado por Pedro Sainz de Baranda (presidente de Gala Capital) y Jaime Bergel (ex consejero delegado de Zardoya-Otis).

El secretario provincial de la Federación del Metal e Industrias de UGT, Antonio Montoro, ha avanzado que la empresa solo plantea el despido de 20 días por año trabajado y no descarta seguir litigando sin poner una fecha de final a este conflicto laboral que se ha llevado por delante a una de las firmas con más prestigio y más antiguas de Cádiz.

Ningún inversor a la vista

Las mismas fuentes han señalado que la compañía ha ofrecido el centro de producción de La Ibense al mejor postor, pero nadie se ha lanzado a invertir en ella. No hay que olvidar que serían necesarios más de 7 millones de euros para iniciar su saneamiento. La maquinaria y las instalaciones son propiedad de los bancos. La plantilla lamenta la situación económica, ya que con las condiciones hipotecarias que pesan sobre la planta resulta inviable formar una cooperativa para asumir la gestión y la producción.

La llegada de Sainberg a la dirección de La Ibense fue muy polémica y antes de 2020 ya hubo episodios de impago de nóminas. La situación financiera empeoró durante los meses de la pandemia, aunque los empleados pudieron cobrar durante la etapa de confinamiento debido a los ERTE. Ese mismo mecanismo ha sido utilizado desde julio, mes en el que precisamente la empresa entró en concurso de acreedores.

Hay que precisar que algunas de las cafeterías que operaban bajo la marca de La Ibense se desligaron de la empresa cuando cambiaron de propiedad y aunque conservaban el nombre, son de titularidad de la familia Bornay, fundadora de la compañía heladera por lo que nos les afecta esta situación.

Desde UGT lamentan la situación después de que los trabajadores del centro de producción hayan redoblado sus esfuerzos por intentar evitar esta situación pese a no cobrar y ahora solicitan que se abonen las liquidaciones establecidas.

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