El invernadero tiene unos mil metros cuadrados
El invernadero tiene unos mil metros cuadrados - A.G.
EL VISO DEL ALCOR

Un vivero donde florecen las personas

El vivero de Avain no sólo vende flores y plantas: también ayuda a los discapacitados

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El vivero de Avain es quizás uno de los espacios dedicados al cultivo con más encanto de la provincia de Sevilla. Ubicado en una antigua zona de huertas cuyos pozos abastecieron de agua muchos años a El Viso del Alcor, a su florida estampa se le suman la alegría y disposición de sus trabajadores, en su mayoría reinsertados del Centro Manuel Díaz «El Cordobés».

Disponen de una superficie de 11.000 metros cuadrados y un invernadero de unos 1.000 metros, en los que los amantes de la jardinería y las flores pueden encontrar todo tipo de plantas de interior y exterior, jazmines, rosales, claveles, geranios..., como también varios tipos de árboles, como palmeras o naranjos, y varias decenas de tiestos, cerámicas, así como abonos y fertilizantes.

Con el añadido de que todos los beneficios van a financiar los proyectos de la Asociación Visueña de Ayuda a la Integración.

Sus usuarios son sus grandes beneficiarios, que participan en programas en los que se les muestra de primera mano el ciclo vegetativo y algunas de las labores agrícolas básicas. El vivero también recibe la visita anual de unos mil escolares, que se benefician con los mismos conocimientos, y personal carcelario que esporádicamente vienen a recibir talleres en sus programas de salidas terapéuticas.

La historia de este vivero arranca hace ahora quince años, en 2001. Una vez realizado el plan de viabilidad para su construcción, la asociación llegó a un acuerdo con el Ayuntamiento para la cesión de los terrenos que actualmente ocupa, y contó con el apoyo posterior del Grupo de Desarrollo Rural Campiña Los Alcores.

Pepi Alcaide, presidenta de Avain y una de las personas propulsoras del proyecto, explica que «al principio contábamos con una persona con formación de perito agrícola que nos fue orientando en materia de siembra, poda, cuidados, etc...».

Actualmente acaban de terminar una reforma que ha supuesto una inversión de 40.000 euros y se plantean el objetivo inmediato de aumentar la plantilla con tres personas discapacitadas más y otra persona ajena a la asociación para el mantenimiento de parcelas y jardines. Han llegado a tener empleadas hasta a diez personas pero según puntualiza la presidenta, los retrasos en pagos de subvenciones y programas de la Junta, ha hecho que se reduzcan a seis los trabajadores con alguna discapacidad reinsertado.

Crecimiento personal

Cada año se esmeran más en el crecimiento porque saben que con el dinero que recaudan se está haciendo una labor muy importante. En palabras de Alcaide, «muchos de nuestros clientes ya están concienzados, pero hay otros a los que tenemos que seguir informando para que lleguemos a cuantas más personas mejor y que sepan que con sus compras participan en la creación de puestos de trabajo de personas con discapacidad».

Pero no solo aporta beneficios económicos, para la presidenta «el gran beneficio para los usuarios es poder disfrutar de los talleres, están en contacto con la naturaleza, con el consiguiente beneficio y el desarrollo de competencias y habilidades psicomotrices».

De todos los factores positivos, la presidenta se queda además con el aporte de vida a los usuarios: «Lo más importante es reforzar la confianza de la persona en sí misma, cuando llegan a nosotros no se consideran útiles para nada y cuando ellos siembran una semilla y ven que al poco tiempo se convierte en un árbol o una planta es como si ellos fueran la semilla y nosotros el abono para verles crecer como personas que son».

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