Manuel García, junto a sus tres hijos adoptados de China
Manuel García, junto a sus tres hijos adoptados de China - D.C.
CASTILLEJA DE LA CUESTA

Un vecino con tres niños adoptados promueve un colegio chino en el Aljarafe

Manuel García, de 61 años, habilita unas aulas de un centro de Gines pero pide ayuda para poder ampliarlas

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Manuel García Serrano es un vecino de Castilleja de la Cuesta que lidera un campaña para la creación de un colegio chino en la comarca, con el fin de prestar apoyo especial a niños adoptados que desean conservar su idioma. A sus 61 años de edad, vive junto a su mujer, María José, y sus cinco hijos —2 biológicos y 3 adoptados en 2010, 2012 y 2015—.

El matrimonio se consolidó en el 2000 y desde un principio pensaron que si no venían los niños, los adoptarían. «Pensamos que adoptar es una forma distinta de tener niño e igual de válida», asegura Manuel García a ABC Provincia.

Fruto de su matrimonio tuvieron dos niños biológicos, una niña y un niño, pero el tema de la adopción les seguía rondando en la cabeza, por lo que en 2004 decidieron adoptar en China a una niña de 10 meses.

Las siguientes adopciones fueron en el 2012 y en el 2015, por un proceso llamado «pasaje verde», que a diferencia de hacerlo por vía ordinaria, consiste en solicitar un niño con unas deficiencias concretas, y se asigna a las personas que cumplan los requisitos posibles.

El Colegio Chino de Sevilla

«Con la llegada de David en 2012 nos surgió la necesidad de tratar de presevar su idioma. Entonces llegó a nuestro conocimiento la existencia del Colegio Chino de Sevilla», cuenta Manuel. Se trata de un colegio en el que los hijos de los emigrantes chinos aprenden a leer y a escribir en chino y que en Sevilla lleva abierto desde el año 1997 como Centro de Cultura China Sevilla, en las inmediaciones de la avenida Hytasa.

Decidieron llevarlo para que no perdiera su idioma, aunque aseguran, «nos está resultado bastante difícil», dado que en el centro, que se imparten clases sábados y domingos a doble turno, el número de alumnos por clase es considerable, y a ello se suma que para un niño adoptado resultan más complicado, ya que se habla casi siempre en chino.

A raíz de esto, a Manuel le surgió la idea de que lo ideal para conservar el idioma de sus hijos y para tantos otros serían clases como las que se imparten en el colegio chino, pero con apoyo para los niños adoptados y para los que su idioma materno no sea el chino. Por ello ha pensado en la creación de un colegio en el Aljarafe, dada la distancia con Sevilla, donde puedan hacerse grupos más reducidos, con clases los sábados, y apoyo al alumnado que lo necesite, de forma online o presencial.

La idea que Manuel plantea es viable, pero por desgracia ha encontrado varios problemas en cuanto a la ubicación, ya que, tanto los ayuntamientos, como los colegios privados le pedían alquileres demasiados altos por poder disponer de las aulas necesarias. Finalmente encontró un colegio Huerta Santa Ana en Gines, con un precio asequible.

Pero el problema continuaba con el tema del alumnado, ya que los niños chinos del Aljarafe (en torno a unos 60), van al colegio de Sevilla y no estaban dispuestos a cambiar de colegio hasta que el proyecto estuviese consolidado. A ello se suma que las agencias de adopción mostraron su apoyo y colaboración al proyecto.

Por ello Manuel García, al haber sacado todos los requisitos legales para hacer el colegio Chino –Cultura China Aljarafe-Huelva- y tener el colegio disponible, impartirá clases de Chino a pequeños grupos de niños y de adultos en horario de tarde, para ir consolidando alumnado durante este curso y lanzar su proyecto para el próximo curso

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