IU Sevilla se quiebra por su lado más fuerte: El PCA rompe todos sus acuerdos con la direccion provincial

Apenas un mes después de que el nazareno Manuel Lay renovara su cargo como coordinador provincial de IU-CA de Sevilla tras la asamblea ordinaria en la que la candidatura que lideraba se impuso a la auspiciada por el Partido Comunista de Andalucía, liderada por el alcalde de La Roda de Andalucía, Fidel Romero, las diferencias entre ambas facciones se recrudecen a raiz de una polémica que podría acabar con expulsiones dentro de la federación.

De este modo, tal y como contó ayer ABC de Sevilla, la dirección provincial ha abierto expediente al que fuera candidato alternativo a su dirección tras negarse este a ceder el cargo de diputado provincial, a los dos años de ser elegido para dejarlo en manos de su compañero en Pedrera, en la misma demarcación provincial.

La organización llega a tachar la actitud de Romero como de «falta de honestidad y lealtad» hacia sus compañeros y le amenaza con una posible expulsión del partido.

Ante ello, el PCA no ha tardado en reaccionar, mostrando una vez más su apoyo a su avalado candidato a la dirección y dejando de manifiesto su distancia respecto a los órganos de la federación. Así, el comité ejecutivo provincial comunista en Sevilla ha solicitado al alcalde de la Roda, Fidel Romero, que mantenga su acta de diputado provincial y «prosiga desarrollando el magnífico trabajo realizado hasta ahora» desde la institución supramunicipal «en defensa de los intereses de todas las comarcas de Sevilla», apuntaba en una nota de prensa.

Los acuerdos previos, «dinamitados»

Sin embargo, el cisma planteado por los comunistas sevillanos va mucho más allá de animar «al camarada Fidel Romero» a no renunciar a su acta de diputado. Y es que, en una resolución aprobada por unanimidad, el comité ejecutivo provincial del PCA considera «dinamitados todos los acuerdos que hasta la fecha existían en el seno de la organización, al haber convocado la XXII Asamblea Provincial del pasado 25 de junio», que se saldó con un 76 por ciento de votos a favor de la renovación de Lay como coordinador provincial, frente al 24 por ciento de apoyos obtenido por el alcalde de La Roda de Andalucía.

Desde el PCA recuerdan que aquel cónclave se celebró no sólo fuera del marco temporal establecido por el Consejo Andaluz de IU, sino incumpliendo las normas y mecanismos de participación de la militancia aprobados en la última Asamblea Federal de Izquierda Unida, instalando a la organización en una situación política y organizativa anterior a la misma y manteniéndola en la peor de las versiones de un partido político.

Es más, el secretario provincial del PCA, Carlos Vázquez, ha señalado que el único objetivo de quienes impulsaron aquella convocatoria era «asegurarse una mayoría artificial en la dirección para controlar IU y marginar a las y los comunistas y a otros sectores, como así ha ocurrido finalmente». Y esta situación ha supuesto, lógicamente, la ruptura de todos los acuerdos adoptados anteriormente en el seno de la organización, «incluidos los relativos a la designación de los diputados provinciales».

«Papel mojado» tras el golpe de la dirección

«En 2015 se logró un reparto que respetaba los criterios de pluralidad, paridad, proporcionalidad y equilibrio en el conjunto de la provincia. Pero tras el golpe de mano dado, esos acuerdos son ya papel mojado», ha advertido el secretario del PCA en Sevilla.

En este sentido, Vázquez ha dejado claro que lo sucedido «no es responsabilidad del compañero Fidel Romero, sino de una parte de la dirección provincial que está empeñada en seguir instrumentalizando la estructura partidaria de IU en pos del mantenimiento de aparatos que ya están superados por el resto de la organización a nivel federal y andaluz».

Por eso, desde el PCA consideran que, llegados a este punto, «lo mejor para Izquierda Unida y para el conjunto de la clase trabajadora de la provincia es que nuestro camarada mantenga su acta de diputado y no ceda a las presiones ni a los chantajes de una dirección provincial que en estos momentos está absolutamente deslegitimada».