De El Rubio a Japón con una beca de investigación

Alberto Ramos González se prepara para realizar su tercer viaje a Japón. Cuando apenas faltan unos días para coger el avión hacia su nuevo destino, admite que se siente un poco nervioso «ante tan gran reto». El joven rubeño ha sido elegido por el Ministerio de Educación Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología, para formar parte de su programa de becas Monbukagakusho para graduados extranjeros.

Tras superar con éxito todas las fases necesarias para acceder a estas ayudas, entre ellas un examen escrito de japonés y una entrevista exhaustiva sobre su proyecto de investigación, este estudiante de 27 años podrá desarrollar su investigación en la Universidad de Nagoya durante un mínimo de dos años.

Alberto Ramos está Graduado en Asia Oriental por la Universidad de Sevilla, pero su interés por la cultura japonesa surgió cuando era un niño.

«Como la mayoría de las personas de mi generación, los 80, crecí viendo en la televisión animes como Dragon Ball, Slayers, Captain Tsubasa -nombre de las aventuras de Oliver y Benji- entre otros», explica. «Las canciones de esos dibujos estaban sin doblar, en japonés, y escuchar aquel idioma extraño hizo que creciera mi interés por entender qué decían aquellas letras realmente».

Esa pasión temprana por los idiomas le llevó a estudiar de forma autodidacta cuando sólo tenía 14 años. Alberto recuerda como «ya en Secundaria cayó en mis manos un libro de aprendizaje básico de japonés». Una semilla que creció de forma constante en un mayor interés por diferentes facetas de la cultura japonesa.

Trece años más tarde, tendido ese puente necesario entre la cultura occidental y la oriental, el rubeño se prepara para desarrollar su propia investigación sobre una figura de gran importancia en Japón, el filósofo Miki Kiyoshi. Un trabajo con el que Alberto pretende «descifrar la filosofía y pensamiento de uno de los grandes filósofos y pensadores japoneses del siglo XX» y que bajo su punto de vista «sigue siendo un gran desconocido para gran parte de España y Europa».

Mientras ultima los preparativos para su gran viaje reconoce que junto a su perseverancia siempre ha estado el apoyo de sus padres. «Siempre han confiado en mí y en todas mis empresas. También ahora, que me marcho a un lugar tan lejano». Ese apoyo fue precisamente el que le facilitó sus dos primeras visitas a Japón.

«La primera fui un par de semanas de vacaciones a Tokio, y me gustó tanto que decidí que me gustaría vivir allí un tiempo». En la segunda ya dio el salto de turista a estudiante, y explica que «en mi tercer año como universitario estuve viviendo en Tokio un año como estudiante de intercambio gracias a un convenio entre la Universidad de Sevilla y la Universidad de Sophia». Ahora, se sumergirá una vez más en la cultura que le cautivó de pequeño. En esta ocasión para estudiar los escritos de un pensador erudito.

Se siente, además, muy orgulloso por la oportunidad que le brinda el Gobierno japonés al aceptarlo para estas becas anuales. Comenta que las becas Monbukagakusho de graduados funcionan desde el 1963 y «permiten estudiar durante un mínimo de dos años sobre el proyecto de investigación sobre cultura japonesa que se realice».

«En lo personal me ayudará a enriquecer y profundizar mis conocimientos sobre la cultura japonesa», dice.