Concentración este pasado martes en el Ayuntamiento por el sevillano fallecido
Concentración este pasado martes en el Ayuntamiento por el sevillano fallecido - R. DOBLADO

La planta de harinas animales de Salteras, a juicio por otro accidente

Un trabajador perdió un brazo en 2008 en la fábrica donde murieron dos operarios el lunes

SEVILLA Actualizado: Guardar
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A Render Grasas, la planta de harinas cárnicas de Salteras donde se produjo el lunes un accidente en el que dos operarios murieron asfixiados por «intoxicación fulminante» (ayer lo confirmaron las autopsias), se le multiplican los frentes judiciales. Según ha podido conocer ABC, el Juzgado Mixto 2 de Sanlúcar la Mayor ha dado luz verde para que los dos socios Juan y Luis C. G. acaben sentados en el banquillo de los acusados por un presunto delito contra los derechos de los trabajadores y lesiones por imprudencia a cuenta de otro suceso acontecido en las instalaciones hace más de ocho años, cuando otro empleado perdió un brazo tras quedársele atrapado en una máquina.

El informe de los forenses confirma que los fallecidos murieron por «intoxicacion fulminante» al caer al foso

En una resolución firmada el día 5, la titular del juzgado sanluqueño, Brígida Muro, ordena que se continúe la tramitación de las diligencias por procedimiento abreviado contra los dos empresarios y dos técnicos de Render (el antiguo delegado de prevención de riesgos laborales Rafael S. D. y la responsable de desarrollo de la firma, Francisca M. P.) por el accidente que sufrió el 15 de febrero de 2008 José Carlos G. L. al coger una muestra de harina en el silo 32 de la planta.

«Al introducir la mano, la manga de camisa del uniforme de trabajo se enganchó en el tornillo sin fin, atrapándola con el consiguiente arrastre del antebrazo», resume el auto de la juez, que describe el calvario médico que tuvo que afrontar el trabajador, quien permaneció casi tres meses hospitalizado y 400 días impedido médicamente en los que tuvo diversas intervenciones que acabaron con la «amputación» del antebrazo derecho y el desarrollo de otras patologías, entre ellas un trastorno depresivo reactivo.

La máquina que le atrapó el brazo se estropeó dos días antes del suceso. El empleado dio aviso a Mantenimiento pero ni se arregló ni se desconectó pese al riesgo de trabajar con las luces apagadas. «La trampilla para recoger las muestras no existía en el momento del accidente, pues, en tal caso, se hubiera evitado el suceso originador de las presentes diligencias», señala la juez ateniéndose al relato del denunciante, añadiendo que «la máquina no tenía cartel alguno que indicara riesgo concreto» para los empleados, que la ropa «no cumplía con las medidas de prevención pues tenía las mangas sueltas» y que el operario contaba con «escasa formación» en riesgos laborales.

Estos elementos avalarían el «riesgo extremo» al que estuvo expuesto José Carlos G. L., sin que puedan acusarlo de «imprudencia» como pide la defensa.

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