Pepa se fue a Alemania y ahora vende allí cientos de paelleras

Esta emprendedora de Carmona acaba de abrir un supermercado de más de 500 metros en Colonia

Pepa Bascón en la zona de paelleras de su tienda en Colonia

L. M. R.

Tenía 27 años cuando un amigo alemán al que le había alquilado una habitación de su casa en Sevilla le llamó desde Colonia. «Vente para Alemania Pepa, que aquí dando clases de sevillanas te vas a forrar». Y allí se plantó esta carmonense en 1994, donde comenzó a dar clases de baile en los clubes regentados por los antiguos inmigrantes españoles , como el Machado. «Sabía de sobra que no iba a ‘forrarme’, pero había decidido que sería una forma de vivir una nueva experiencia».

Un cuarto de siglo después, Pepa Bascón es la dueña de Solera , que distribuye productos españoles para más de cien restaurantes de tapas en Renania y vende el sabor andaluz en un supermercado de más de 500 metros cuadrados con cocina y sala de catas. «Si le das una gamba a un alemán no sabe qué hacer con ella , hay que enseñarle a pelarla y acompañarla del vino adecuado, y eso es parte de lo que hacemos». ¿Cuál es la clave de su éxito? «Trabajar con ilusión, cargar muchas cajas, equivocarse, aprender, recibir ayuda de buenos empleados… y construir día a día una empresa».

Su aventura empezó en una calle comercial de Colonia , cuando decidió alquilar un pequeño local en el que había fracasado una tienda de comestibles. «Estaba ya todo montado para empezar: el mostrador, las estanterías, las neveras… pensé que sería un lugar ideal para vender productos gourmet españoles».

Muy pronto comprendió que los alemanes no buscaban por entonces las ‘delicatessen’ más sofisticadas de España , sino sangría, paella, queso e ibéricos. «Es lo que conocían de sus veraneos en Menorca o Alicante y lo que venían a buscar después aquí». A ello se le unía que los germanos «invierten mucho en tecnología, en coches o en ropa deportiva, pero en esos momentos en la alimentación el ciudadano medio era muy básico, no gastaban más de lo necesario, y ahora eso sí ha cambiado». Así que se centró en lo esencial y «aunque no sabía hablar todavía mucho alemán, algunos clientes veían simpáticos mis intentos por vender y comunicarme con lo poco que había aprendido… Fue casi un gancho comercial».

Salto adelante

Empezaron a acercarse algunos restaurantes de la zona para abastecerse de productos españoles y fue entonces cuando Pepa Bascón encontró otro nicho de negocio: la floreciente red de bares de tapas que empezaban a surgir en el corazón de Europa. «Casi ninguno de estos bares lo regentan españoles: son de italianos, libaneses o turcos que ven la popularidad de las tapas y se lanzan a ello; pero un buen cocinero es muy caro así que necesitaban productos de calidad que ya estén elaborados y se puedan preparar y servir de manera sencilla». Esto le llevó a reconvertir su actividad y abrir un almacén para servir a este tipo de establecimientos . Se abastece de fabricantes artesanos en España de croquetas, empanadillas, tortilla de patatas o gazpacho, y «son productos que después tienen más éxito que si los elaboran en sus cocinas».

Después llegó el momento de dar nuevo salto. Bascón abrió también una gran tienda en la que vende alimentos directamente al público y cuenta con una cocina para enseñar a elaborar bien todos los productos. «Al almacén empezaron a venir muchos particulares, algunos el fin de semana con los niños, y era difícil y hasta peligroso atenderles con el trasiego de las carretillas; pero se quedó un gran local vacío enfrente y vi la oportunidad de abrir un supermercado moderno». Tenía que ser un espacio atractivo, y decidió contratar a un estudio de arquitectura de prestigio «que hizo un gran trabajo».

Uno de los grandes éxitos sigue siendo la paella. «Enseñamos bien cómo es la receta, cómo debe prepararse adecuadamente y tenemos todos los ingredientes». No solo venden la paellera, también la alquilan. «Aquí los fines de semana está la costumbre de hacer parrillas de carne, pero la cultura gastronómica crece y se hacen cosas distintas; la paella es una alternativa cada vez más usual». Las grandes marcas de alimentación españolas han dado un salto adelante en la última década, especialmente en Alemania. Pepa trata de que en ‘Solera’ —como se llama su tienda— estén presentes «aquellas empresas familiares que tienen marcas de contrastada calidad pero que por tamaño no entran en las grandes cadenas, tanto en ibéricos, como en salazones, carnes o conservas vegetales».

Esta emprendedora está casada con un alemán y tiene un hijo de su primer matrimonio que nació en Colonia . «De este país solo puedo decir cosas buenas, jamás he tenido el más mínimo problema, para quien quiere trabajar todo son facilidades y los servicios públicos son un privilegio». Aunque cada vez la cultura ‘gourmet’ está más extendida, los productos estrella siguen siendo los ibéricos, la sangría, el queso y el arroz. «Igual que identificamos a los italianos con la pizza y a los alemanes con las salchichas, esa es nuestra bandera gastronómica, y nos podemos sentir muy orgullosos», remarca.

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